Los planes del Gobierno en el PAMI para 2026: la espera a nuevas reformas, los precios de las licitaciones y más centralización
La obra social más grande del país espera que la recuperación económica del año próximo alivie su situación, aunque seguirá deficitaria. Continuará la readecuación en los medicamentos y podrían eficientizarse las agencias territoriales.
La Casa Rosada considera que las reformas estructurales proyectadas no tendrán efectos inmediatos y que el sector previsional no escapa a esa lógica. “Para poder hacer una reforma de ese estilo, no te dan los tiempos del mercado laboral para llegar al 2026”, explican en el Gobierno. Con suerte, podría concretarse en 2027, aunque es probable que se busque discutir los cambios jubilatorios en un eventual segundo mandato libertario.
En ese contexto, las autoridades sanitarias reconocen que el sistema actual limita la posibilidad de realizar grandes transformaciones. Aunque en la administración nacional predomina la doctrina de la “motosierra”, en ciertos organismos —como el PAMI— la aplicación de esa política es más flexible.
El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) atiende a casi cinco millones de personas y proyectaba un déficit del 22% para fines de 2024. Esa cifra, hoy reservada, podría haberse mantenido o incluso empeorado. Actualmente, el déficit del organismo se compensa con transferencias del Tesoro. “Estamos haciendo el máximo esfuerzo que se puede para ser autosustentables sin perder las prestaciones”, aseguran desde su conducción.
La menor actividad económica, el envejecimiento poblacional y la política fiscal del Gobierno contribuyeron a esta dinámica. Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), entre enero y septiembre la Seguridad Social acumuló un déficit de 4,5 billones de pesos, cuando en igual período de 2024 no lo había tenido.
Los planes del PAMI para 2026
Las condiciones estructurales del sistema hacen prever que el déficit y la asistencia del Tesoro se mantendrán. Sin embargo, la recuperación económica esperada para el próximo año podría mejorar los ingresos de la obra social. “El PAMI es como un termómetro. Cuando la actividad se resiente, lo notás tanto en las prestaciones como en los ingresos”, indican sus autoridades.
Aun así, el organismo seguirá siendo deficitario. El 80% de su presupuesto continuará destinado a prestaciones médicas y medicamentos. En este último punto, el año pasado se redujo el listado de fármacos con cobertura automática del 100%, y esa política seguirá vigente.
La prioridad será mejorar los precios de las licitaciones. “Con la economía más estabilizada, se podrían conseguir mejores precios”, justifican. Las compras de medicamentos, insumos de hemodinamia y pañales para adultos mayores siguen siendo los rubros más costosos.
A mediados de año, el PAMI modificó la licitación para la provisión y entrega de pañales, generando reclamos del sector logístico. Ahora, las distribuidoras los entregan directamente en los domicilios de los afiliados, en lugar de hacerlo a través de farmacias. “Sería un subsidio a la demanda y no a la oferta”, explican. El objetivo es ahorrar unos $5.000 millones gracias a la mayor trazabilidad y nuevos insumos.
No obstante, varios establecimientos y prestadores reclaman por la falta de fondos. En el Hospital Español, por ejemplo, se quedaron sin corta yesos y otros elementos básicos, situación que se repite en distintos centros vinculados al organismo.
Los trasfondos políticos que atraviesan al PAMI
Por su estructura territorial —más de 600 agencias y 38 Unidades de Gestión Local (UGL)—, el PAMI siempre fue un espacio codiciado por la política. Durante décadas, los gobiernos colocaron en esos cargos a referentes locales que utilizaban el organismo para construir poder político.
Actualmente, esa práctica derivó en un conflicto entre el asesor presidencial Santiago Caputo y el operador oficialista Eduardo “Lule” Menem. La disputa tomó estado público, lo que llevó al PAMI a emitir un comunicado titulado: “Las delegaciones de PAMI no serán más una caja negra al servicio de la política”.
Para 2026, se analiza readecuar la extensión de las UGL y agencias para reducir gastos y centralizar funciones en la sede central, limitando la discrecionalidad provincial y municipal en el manejo de fondos. La digitalización de trámites podría favorecer esa centralización, aunque aún no todos los afiliados utilizan esos canales.
En cuanto a los anuncios, el titular del PAMI, Esteban Leguízamo, firmó junto al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, la transferencia del Hospital De la Baxada de Paraná a la provincia. Además, existen interesados en replicar ese modelo en el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó y en otros centros de salud dependientes de Nación.
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