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Los padres pasan 82 días al año tratando de dormir a los niños

Según una encuesta, la mayoría solo dedica el cinco por ciento de su día al cuidado personal.

El descanso es fundamental para el correcto desarrollo de los chicos además de ayudar mucho al estado de ánimo de los padres. Se supone que a los dos meses los patrones de sueño del bebé empiezan a establecer una relación con el ciclo luz-oscuridad y hacia los tres o cuatro meses su cerebro estará lo bastante maduro para adaptarse a ellos, por lo que la situación, en teoría, comenzará a cambiar.

Sin embargo, una reciente encuesta realizada por Sleep Junkie a varios padres de familia que tuvieron un hijo en los últimos 18 meses, concluyó que les toma cinco horas con 25 minutos por día intentar que el bebé se duerma. Esta cifra nos da como resultado que los padres pasan 82 días al año (casi 2000 horas) tratando de que sus hijos descansen.

Entre las técnicas más mencionadas para intentar dormir a los niños, están:

- Manejar unos kilómetros: En promedio, los padres encuestados pasan 41 minutos por día conduciendo con la esperanza de que el bebé se duerma; esto es el equivalente a unos 30 kilómetros.

- Caminar: A esta modalidad le dedicaban 1 hora y 21 minutos, lo que equivale a 7 kilómetros.

- Leer un cuento: El registro marca un promedio de 34 minutos dedicados a la lectura, lo mismo que lleva unas 17 páginas.

Otras tareas que toman su tiempo incluye bañarlos, hacerles provechito y desde ya, alimentarlos.Como resultado de esto, se descubrió que los padres de recién nacidos solo dedican el cinco por ciento de su día al cuidado personal.

Consejos para que aprendan a dormir

La clave está en hacerlo con mucha tranquilidad, respetando el ritmo del bebé y demostrándole que están ahí cuando lo necesita. Algunos ejemplos que suelen funcionar para que poner en práctica:

- Acunarlo antes de acostarlo, pero dejarlo en la cuna justo antes de que se duerma del todo. Quedarse al lado y si reclama, darle la mano, acariciarlo.

- Cuando haya aceptado este paso, en el momento en el que llore, reemplazar el contacto físico por un contacto verbal: cantar bajito, hablar en susurros.

- Un tiempo después, empezar a salir del dormitorio justo después de acostarlo, dejando la puerta abierta.

A partir de ahí, hay que seguir haciendo otras cosas, pero volver al cuarto cada tanto para ver cómo está. Así, al escuchar y ver a alguien de vez en cuando, se evita que el bebé se sienta abandonado y termina conciliando el sueño él solo.

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