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Lo velaron y enterraron, pero estaba vivo

Un hombre abandonó su casa por unos días, la familia lo dio por muerto, lo veló y lo sepultó pero a los días apareció sano y salvo en la casa. Su mujer, casi se muere del susto. Ahora la Justicia tendrá que "revivirlo" en los papeles e identificar al sujeto que fue sepultado.

Arturo Montecino (46), que había tenido una discusión con su esposa, decidió no volver del taller a su casa y tras tomar unos tragos con sus amigos dejó el auto abandonado en calle Godoy al fondo y en la gaveta el celular.

Al notar que no regresaba a su hogar, su pareja y su hija de 20 años salieron a buscarlo y, cuando encontraron el auto abandonado, decidieron realizar la denuncia en la comisaría 18º.

Tras la denuncia, la policía rionegrina encontró el domingo un cadáver en el canal de la avenida de Circunvalación, y el Juzgado de Instrucción N° 2 de Cipolletti citó a la familia para que el lunes realizara el reconocimiento del muerto en el Cuerpo Médico Forense.

Tanto la mujer como la hija identificaron al hombre por una cicatriz en el antebrazo derecho y otra en la zona abdominal derecha que era producto de una operación, según explicaron fuentes policiales.
Concluido el trámite judicial se extendió el certificado de defunción y se entregó el cuerpo a los familiares. El velatorio se realizó en las salas velatorias y el entierro se concretó en un cementerio privado.

Tras el velatorio, la familia se retiró al hogar para hacer su propio duelo después de tanta desventura y en los primeros minutos del miércoles Arturo volvió a la casa.

Anonadada, la hija lo abrazó mientras que la pareja cayó desmayada al piso y fue trasladada al Hospital Heller donde ingresó en estado de shock.

El hombre no se mostró ni sorprendido ni disgustado por la situación hasta que entendió lo que había sucedido. "Todavía no puedo creer que me hayan velado y hasta me da vergüenza salir a la calle. Estoy asustado porque no entiendo cómo me puede haber pasado esto", señaló Arturo.

En sede policial explicó que tenía ganas de estar solo con sus amigos y que después de haber estado dando vueltas se hizo una casilla a la vera del río Limay donde estuvo un par de días hasta que decidió volver. "Estaba muy rayado así que empecé a caminar y estuve tirado por el río", recordó el hombre que no quiso brindar demasiados detalles de su paradero.