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Las sombras de la "vieja política"

*Por Osvaldo Pepe. Antonio Bonfatti, hombre del gobernador socialista Binner, el ultra K Agustín Rossi y el midachi Miguel Del Sel asomaban esta madrugada como los grandes protagonistas de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de Santa Fe, cuarto distrito electoral del país y el último en abandonar la polémica Ley de Lemas, un engorroso sistema que legitimaba todo tipo de arreglos en la cúpula de los partidos, y que subalternizaba la decisión del ciudadano.

F ue una jornada clave para ordenar el panorama político local del kirchnerismo, el socialismo y el radicalismo , con miras a la elección provincial del 24 de julio y al gran test presidencial del 23 de octubre.

Con las promesas de una mayor transparencia , también hizo su debut la boleta única : ayer no hubo sobres para poner las tradicionales boletas, sino lapiceras para tildar las preferencias : así, las "listas sábana" desaparecieron, enterradas por cinco boletas de colores para las cinco categorías electivas que se votaron. Sin embargo, los cambios no pudieron dejar en el olvido las sombras de la "vieja política", que se menearon a sus anchas en el proceso electoral santafesino. Entre las más notorias sobresalió el festival de encuestas que, como suele ocurrir, en general adaptaron, por así decirlo, las tendencias gruesas de la sociedad a las necesidades de quienes las encargaron y las pagaron.

También fueron visibles los gastos de campaña sin control, en una provincia que carece de una ley de financiamiento para los partidos políticos.

La enviada de Clarín estimó en $ 18 millones la inversión publicitaria de los candidatos, con bolsillos abiertos a contribuyentes de todo tipo.

A nivel nacional, el escenario sigue en espera de la gran decisión de la Presidenta.
Ya posó su dedo en Filmus para la Capital, sin contemplar el hábito democrático de la consulta al afiliado, más cerca de la "vieja política" que de otra cosa. El peronismo, fiel a su carácter aluvional y plebiscitario , por lo común dejó esa decisión interna final en manos de quien tiene el poder.
Con o sin listas sábanas, con o sin urnas ni boletas (¿espejitos?) de colores.