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La vida 3.0: si no pasa por Twitter y Facebook, ¿no existe?

Desde los momentos más felices de la vida, hasta los más tristes y dolorosos, todo pasa por las redes sociales. ¿No hay límites?

Hoy en DiarioVeloz te mostramos cómo Pampita y Benjamín Vicuña recordaron a su hija Blanquita a través de Twitter, tras cumplirse un año de su muerte; y cómo Franklin Rawson agradeció el apoyo recibido a través de Facebook a casi tres meses de la muerte de Ángeles. ¿Estamos en una nueva era donde las cosas de la vida, hasta las más profundas y dolorosas, pasan por las redes sociales?

En un principio la gente, y en este punto no me puedo hacer la tonta y debo incluirme, comenzó a utilizar las redes sociales, sobretodo Facebook, para reencontrarse con amigos, compartir fotos y mostrar algunos eventos.

De a poco, la cuestión extendió cada vez más (y en este punto ya no entro) y los usuarios de las redes comenzaron a mostrar todo. Pero literalmente todo. Hay quienes cuentan su vida y obra en la red: ¿a dónde van? ¿con quién? ¿cuándo?, así, conocimos las casas, las familias, los trabajos y todos los secretos de nuestros "amigos" virtuales.

A lo que me pregunto, ¿dónde están los límites? Si en nuestros muros y timelines vemos que gente desconocida cuenta y muestra en imágenes el minuto a minuto de lo que hace, supongo que no debería extrañarnos que personajes famosos que de alguna manera se deben a su público y a sus seguidores, como pueden ser Pampita y Benjamín, hablen de su hijita en Twitter.

¿Entonces qué queda para el terreno de la intimidad? Todo es público. Si hasta podemos enterarnos cosas de nuestros amigos verdaderos, de los de carne y hueso, a través de Internet, ¿qué nos contamos cuándo nos vemos cara a cara?

¿Los límites? Entiendo que son nuevas formas de compartir, de contar, de comunicarse y no reniego de eso. Pero, a veces, ¿no nos abusamos un poco de los "beneficios" que las redes sociales nos brindan?

Creo que Internet, sobretodo en este momento Facebook y Twitter, pueden ofrecer miles de ventajas, tanto en lo laboral y profesional, como en lo social y personal. Sólo que a veces deberíamos mantener un equilibrio.

Después de todo, si uno está triste, ¿no es mejor el hombro de un amigo que el "Me gusta" de un desconocido? Si uno está feliz, ¿no es mejor contagiar la sonrisa a alguien que queremos en lugar de esperar que un NN nos haga un "RT"?