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La sordera será el flagelo de este nuevo milenio

Escuchar música muy alto, ir a bailar frecuentemente o acudir a recitales son hábitos que contribuyen a la pérdida de la audición. Según los especialistas los daños son irreversibles.

La Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica volvió a insistir con el alerta sobre los problemas de salud que provoca escuchar música fuerte con auriculares. El aviso también incluye el ir a recitales y pasar los fines de semana en los boliches, con los parlantes a todo volumen.

"Los adolescentes entre 10 y 24 años representan más del 25% de la población total en la Argentina y el 30% de ellos tendrá trastornos auditivos por exposición al ruido", dijo Graciela González Franco, una de las profesionales miembro de la asociación.

Aclaran que la pérdida de audición es similar a la disminución de la vista porque no se recupera, aunque sí se puede prevenir un mayor deterioro.

Un informe publicado en el diario Perfil explica que "el volumen de la música debe ser menor al 60% de la capacidad del reproductor".

Es que el ruido del tránsito en la ciudad, o del subte, tientan al adolescente a sobrepasar esos límites saludables y poner el mp3 al 100% de su capacidad. Este problema no es exclusivo de nuestro país, de hecho, la Comunidad Europea fijó una tope de volumen que pueden traer los dispositivos. 

"Una de las primeras señales que aparecen tras exponerse a un ruido fuerte es el acúfeno, un zumbido en el oído. Lo que marca ese acúfeno es que el oído interno tuvo una fatiga auditiva", señaló González Franco.

"Después de las 16 o 30 horas, el oído se reucpera y el zumbido desaparece. Pero eso ya marca un alerta. Cuando el paciente llega al consultorio con un zumbido permanente ya ahí hay un daño irreversible", acotó la especialista.

Foto: gentileza Vivir Salud