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La seguridad vial en el mundo

Es preciso adoptar medidas urgentes para reducir los accidentes viales, que anualmente matan a 1.300.000 personas

Es una desdichada realidad conocida en el país el nivel de inseguridad vial existente y, por lo tanto, es mucho lo que se debe hacer para mejorar las condiciones en esta materia.

El problema tiene dimensiones mundiales. Por ese motivo, hace algunos días, la ONU dirigió una exhortación a sus Estados miembros, organismos internacionales y organizaciones civiles, empresas y líderes comunitarios con el fin de promover y garantizar en el decenio iniciado el 11 de mayo último un categórico progreso en lo que concierne a la seguridad vial, lo que implicaría una sensible reducción del número de víctimas que se registran en accidentes de tránsito.

Las cifras de muertos y heridos en calles y caminos de todo el mundo en la última década son más que alarmantes, según las estimaciones de la ONU: alrededor de 5 millones de muertos y 50 millones de heridos.

De la fuente de datos más próximos en el tiempo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se desprende que 1,3 millones de personas fallecen anualmente por esa causa y no menos de 20 millones resultan heridas en el mismo lapso, muchas de las cuales quedan mutiladas o incapacitadas.

En nuestro país, la ONG Luchemos por la Vida, que se ocupa a fondo del problema y lleva un registro de las víctimas no sólo en el lugar del accidente, sino también en su evolución posterior, ha sumado 7659 muertos en 2010, lo que representa un promedio de 21 casos mortales por día.

Se considera que, si se cumplieran las normas adecuadas, esas cifras se podrían reducir a la mitad, por lo menos. Una creación reciente del gobierno de la provincia de Buenos Aires es el Observatorio de Seguridad Vial, cuyo objetivo es "optimizar el sistema estadístico de siniestralidad" de los accidentes de tránsito ocurridos en la jurisdicción bonaerense, en los que se hayan registrado víctimas. Con ese observatorio se busca poseer información más precisa para orientar las políticas públicas en la materia.

La convocatoria de la ONU apunta a que se acentúe el compromiso de las autoridades de cada país y el esfuerzo del público en general a fin de que se convierta en hábito social estable el cumplimiento de las reglas de tránsito.

Esto requiere, también, que se intensifiquen los controles que correspondan. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, de quien depende la Agencia Nacional de Seguridad Vial, prometió continuar con esas líneas de acción, que cuentan con apoyo internacional.

Lo que se requiere, pues, es el respeto de normas conocidas, como no superar los límites de velocidad permitidos, usar el cinturón de seguridad, no excederse en los límites de alcoholemia y que los motociclistas empleen el casco. De todos depende que en este decenio se registre un apreciable descenso en el número de accidentes y víctimas.