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“La profecía”, ¿film maldito?: accidentes, ataques de animales y una increíble serie de muertes 

La película estrena en 1976 es una de las grandes obras maestras del terror, pero la rodean una seguidilla de hechos desafortunados que se le atribuyen a la trama. 

La profecía
La profecía

Para quienes creen en las fuerzas sobrenaturales, "La Profecía" pertenece además de al grupo de las mejores películas de terror de la historia del cine, a otro un poquito más tenebroso: al de los films "malditos" de Hollywood.  Es que tanto antes como después de su realización, hubo misteriosos accidentes y espantosas muertes que se acumularon como fichas de un dominó.

La profecía se inscribe en el subgénero de terror religioso, al estilo de "El exorcista", que dirigió Richard Donner y escribió David Seltzer en 1976. Es una de las más exitosas en la taquilla dentro de su estilo. Con un presupuesto de cerca de 3 millones de dólares, recaudó más de 60 millones, una cifra altísima para los parámetros de la época.


La profecía
La historia, original para el cine, focaliza en lo que le pasa al empresario y diplomático Robert Thorn y su esposa Kathy. Ella da a luz a un bebé que nace muerto en un hospital católico de Italia y un cura convence al hombre de reemplazar al hijo por otro nene que quedó huérfano, todo sin que su pareja lo sepa. A medida que Damien crece, las personas cercanas mueren de formas extravagantes, todo se pone cada vez más oscuro y surge una pregunta: ¿es el anticristo?

Ya en el germen del desembarco de Peck en el film hay una tragedia. Un tiempo antes de iniciar el rodaje, el hijo del intérprete se suicidó. Como los productores no encontraban un protagonista, ya que Charlton Heston y William Holden habían rechazado el papel, el agente de prensa del actor se lo ofreció. De esta forma, lo convenció de encarnar a Robert Thorn para que pueda salir de su casa y vuelva a trabajar, ya que estaba prácticamente retirado.

“Durante la realización de la película, pasaron cosas extrañas. Creo sinceramente que el diablo no quería que la hiciéramos”, aseguró el productor Harvey Bernhard en una entrevista que le hicieron para el DVD especial de la edición por los 30 años de la película, en 2006. En el mismo documental, el productor ejecutivo Mace Neufeld ratificó la afirmación de su colega: “Hubo toda clase de incidentes extraños en el rodaje y los diarios pensaron que los habíamos inventado, pero no”.

Las situaciones misteriosas en torno a La profecía vinieron de la mano, primero, de dos incidentes en viajes en avión. En el primero, estuvo involucrado el protagonista, Gregory Peck; en el segundo, el guionista. En la docuserie Cursed Films, producida por el streaming Shudder, el director lo narró: “Peck venía para Inglaterra y su avión fue alcanzado por un rayo. Eso fue terrorífico. Después, cuando tenía que venir el escritor David Seltzer, unos días después, su avión también fue alcanzado por otro rayo”.

Estos hechos que parecen casuales se suman a otro que fue más trágico. La producción del film descartó contratar un servicio privado de un avión que habían pactado hacía un tiempo. Esa misma aeronave se estrelló y los seis ocupantes murieron.

“El avión despegó, impactó contra una bandada de pájaros, se desplomó y chocó”, precisó Donner. Años antes, el mismo realizador agregó un dato: el aparato se desplomó arriba de un auto en el que viajaba la familia del piloto. “Es una historia real. Nos podría haber pasado a nosotros”, advirtió.

La profecía tiene una sólida producción, fundamentada en un gran guion de Seltzer, una trama atractiva y una actuación inmejorable de Peck. Pero hay otros dos ejes en los que se basa: los efectos especiales, que en la década del ‘70 se hacían muy diferente a la actualidad, y el montaje de algunas escenas riesgosas con animales.

Hubo una situación muy grave que ocurrió durante la filmación de una escena en la que el personaje de Kathy entra al zoológico de Windsor con su hijo Damien. Cuando recorre el lugar dentro de su auto, decenas de monos babuinos se alteran y atacan el vehículo. Los gestos de terror de la actriz Lee Remick fueron reales: el comportamiento de los animales fue desaforado.

Una vez que rodaron la secuencia, el equipo técnico dejó el lugar. Es en ese momento cuando uno de los cuidadores del parque tuvo un descuido y un león lo devoró. “No fue durante la película, sino por la película”, comentó Neufeld. Donner dio más detalles: “Cuando nos fuimos y estaban ordenando todo, dejó abierta, creo que una reja, y un león lo atacó y lo mató”.

Otro momento tenso, aunque sin consecuencias graves, se vivió cuando realizaron la escena en la que el personaje de Peck se escapa de perros feroces en un cementerio. Para poder hacerla, usaron un doble de riesgo que no la pasó nada bien porque los rottweilers no frenaron rápido su furioso accionar a pesar de las órdenes que les daba su entrenador.

Lo que le pasó al encargado de efectos especiales John Richardson merece un párrafo aparte. El especialista fue el responsable de armar el engranaje para la toma en la que a un vidrio le corta la cabeza a uno de los personajes. Algo nada fácil para ese momento de la cinematografía.

Su expertise en el diseño de estos elementos para las películas hicieron que lo contrataran en otra producción, también como supervisor de efectos especiales. Así fue como mientras trabajaba en "Un puente demasiado lejos" su vida cambió. Mientras manejaba un auto sufrió un brutal accidente. Él sobrevivió, pero su novia Liz Moore murió de forma similar al hombre de la escena ficcional que ayudó a montar. “Su novia fue decapitada”, explicó Bernhard.

El productor, además, agregó un dato estremecedor que, a pesar de que todos los miembros del staff siempre lo sostuvieron, tiene más mito que certezas. “Cuando pudo levantarse, John vio un cartel que decía 66.6 km. Eso fue escalofriante”, agregó. El número 666, justamente, es el que se identifica al diablo.

Para el director del film, todos los elementos que rodearon a su película no estuvieron relacionados entre sí. “Fueron increíbles coincidencias que nos gustó pensar tenían algo más detrás. Cuando la oficina de publicidad de Fox puso sus manos, nosotros dijimos que sí, que era todo por 'La profecía', para poder vender bien la película”, argumentó en el especial de 2006. Lejos de esta visión, Neufeld, en el documental de 2020, opinó: “Las cosas que ocurrieron alrededor del film fueron más que casuales”.

No hay ninguna certeza científica para unir cada una de las extravagantes historias detrás de "La profecía". El mito del anticristo que se muestra en el film siempre estará presente y perseguirá a sus protagonistas y realizadores.

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