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La Presidente le recortó más poder a Aníbal Fernández

Por orden de la presidente Cristina Kirchner, debió renunciar otro funcionario incondicional de Aníbal Fernández, lo que se interpretó dentro del Gobierno como un golpe al jefe de Gabinete,

Por orden de la presidente Cristina Kirchner, debió renunciar ayer otro funcionario incondicional de Aníbal Fernández, lo que se interpretó dentro del Gobierno como otro duro golpe al poder del jefe de Gabinete, cuya influencia aparece ahora recortada. Ya había perdido días atrás el control de la seguridad y, anteanoche, había sido descabezada la cúpula de la Policía Federal, que le respondía desde 2004.

El nuevo cambio afectó a Héctor Masquelet, que fue obligado a dejar la Secretaría de Justicia, área estratégica que coordina la relación con el Poder Judicial (y que integra el Consejo de la Magistratura). Asumirá en su lugar un joven militante y cuadro técnico de La Cámpora, Alejandro Julián Alvarez.

Esta es otra consecuencia de las usurpaciones ilegales en Capital y en el conurbano, que desataron una crisis en el Gabinete. Aníbal Fernández aparece como uno de los funcionarios más golpeados por esa crisis. "Lo quieren débil, pero no fuera del Gobierno", sintetizó una alta fuente de la Casa Rosada al ser consultada sobre el futuro del jefe de los ministros.

La Presidenta empezó a cerrar su gobierno a las figuras incondicionales de su entorno. "Alvarez es un joven de la Presidenta", dijo un funcionario que conoce a la perfección el mundo kirchnerista.

Si bien Masquelet revistaba bajo la órbita del ministro de Justicia, Julio Alak, hace seis años había sido designado en el Gobierno por Aníbal Fernández y ocupó sucesivos cargos. Entre ellos, el de secretario de Seguridad, previo a recalar en Justicia. Se lo reconoce como un incondicional del jefe de Gabinete.

La orden de remover a Masquelet provino de Olivos. Pero no se comunicaron los motivos, ni siquiera de manera formal. La propia Presidenta le dio la directiva anteanoche a Alak y en forma automática ambos firmaron el decreto 2017/10, que fue publicado ayer en el Boletín Oficial.

Sobre Alvarez hay pocos antecedentes.

Mientras militantes de La Cámpora celebraron anoche su nombramiento, confiaron que Alvarez se referencia en el diputado porteño Juan Cabandié, en el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y en otros miembros del mundo juvenil kirchnerista (que también integra el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner).

El cargo que ocupará Alvarez y que perdió Aníbal Fernández es por demás estratégico: coordina la relación con el Poder Judicial, gestiona los programas de mediación, de protección de testigos, de acceso a la Justicia, de trata de personas, y representa al Estado ante el Consejo de la Magistratura, el órgano que elige y controla a los jueces nacionales.

Sin motivos

"No hubo un motivo explícito para echar a Masquelet. Fue decisión de la Presidenta. Ella está reduciendo el área de influencia de Aníbal", comentó a La Nacion un funcionario, al igual que otras fuentes en Balcarce 50.

La Presidenta parece haber optado por no excluir a Aníbal Fernández del gabinete en el corto plazo -no se descarta un cambio de nombres hacia marzo de 2011-, pero sí dejarlo acotado a sus competencias formales.

"Va a quedar debilitado, sin dudas, pero la Presidenta no quiere removerlo", añadió otra fuente del entorno presidencial.

"Es un desalojo pacífico", ironizó ante La Nacion un miembro de la "pinguinera", el entorno de la Presidenta. Era una referencia a la crisis de Villa Soldati que terminó con tres muertos y varios heridos. La situación de tensión social por las tomas de predios no terminó aún y puede deparar nuevos dolores de cabeza al Gobierno, analizan en Balcarce 50.

Sucesión de medidas

Precisamente eso llevó a la Presidenta a dar un golpe de timón y le quitó a Aníbal Fernández el control de las fuerzas federales de seguridad. Dispuso luego una sucesión de medidas que recortaron la influencia del jefe del Gabinete:

Creó el Ministerio de Seguridad (antes el área estaba incluida en Justicia) y puso al frente a Nílda Garré, histórica rival de Fernández (algo que ninguno de los dos puede disimular).

Garré removió a la cúpula de la Policía Federal, incluido su jefe, comisario general Néstor Vallecca, de confianza de Fernández. Incluso en su primer discurso como jefe de la seguridad, marcó una diferencia con el discurso que había impuesto Fernández en los siete años que condujo esa política (de lo que se informa por separado).

Nombró a Arturo Puricelli como sucesor de Garré en el Ministerio de Defensa. Se trata de un hombre puesto por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, otro de los adversarios internos de Aníbal Fernández.

Hizo renunciar al secretario de Seguridad, Sergio Lorusso, y al subsecretario de Seguridad de Espectáculos Deportivos, Pablo Paladino, ambos muy cercanos al jefe del Gabinete.

De profesión abogado, Masquelet había llegado al Gobierno en mayo de 2003 como subsecretario de Culto; en agosto de 2005 asumió como secretario del Consejo de Seguridad Interior y en diciembre de 2007 pasó a ser secretario de Seguridad Interior, hasta que en agosto de 2009 asumió como secretario de Justicia.