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La inseguridad en las calles y playas uruguayas: ahora los repartidores temen hacer su trabajo

Finalmente, los medios uruguayos comienzan a revelar la verdad. Según el diario local más influyente, los delivery hacen su trabajo "esquivando el gatillo".

Los medios de comunicación uruguayos dieron un giro de 180° en su forma de reflejar la realidad tras el conocimiento público del crimen de Lola Luna Chomnalez. En un principio, el caso fue tomado como "un tema de argentinos", pero luego comenzaron a mostrar la inseguridad de sus calles y playas. Los diarios ahora reflejan el miedo de los repartidores.

Las calles de las ciudades uruguayas no se volvieron violentas de la noche a la mañana ni desde el lamentable caso de la adolescente argentina asesinada. Son los medios locales los que se vieron forzados a mostrar la realidad que atemoriza a la población. En esa línea, El País, uno de los medios más influyentes de la nación vecina, reveló que los repartidores son invadidos por el terror a la hora de realizar su trabajo.

"Trabajar esquivando el gatillo", se titula el artículo y en él se refleja la experiencia de los delivery o repartidores de pizza, otras comidas y pedidos de distinta índole. La historia de un emblemático repartidor de la zona de Colón dejó sin aliento a la comunidad local. Con al menos 10 años de trabajo en el rubro, dejó la vida en junto con otro de sus pedidos, cuando fue abordado por tres delincuentes que no duraron en acribillarlo para quitarle la recaudación del día.

Pero Javier Soria, el repartidor en cuestión, no es un caso aislado, como se decía que lo era el crimen de Lola. El sencillo trabajo de repartidor, según el propio diario uruguayo, se convirtió en "una actividad que se ha convertido en una ruleta rusa en Montevideo y la Zona Metropolitana". Los propios repartidores locales afirman que "todos los días 'se la dan' a uno distinto".

Las autoridades locales confirmaron que durante el último mes hubo al menos 20 robos registrados a repartidores, un número del que escapan los casos que no dan parte a la policía. Además, los trabajadores refieren que la violencia ya se volvió una característica habitual en este tipo de hurtos. Las calles, como las playas, se cargaron de violencia. Los medios locales dejaron de mirar hacia otro lado y, finalmente, dan a conocer la verdad.