DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

La herencia kirchnerista: los tuiteros más emblemáticos de la era k y su visión sobre el fin de ciclo

Surgieron en Twitter como personas ficticios y se volvieron de los más famosos en la red, ya sea por vitorear o defenestrar al Gobierno.

La Doctora Alcira Pignata, Pajarita Peponista, el Coronel Gonorrea, Malcom Gomez y Gustavo Beaverhausen son algunos de los más destacados personajes tuiteros que salieron durante esta era k. Mucho tuvieron que decir durante toda la gestión peronista, pero también opiniones para dar ahora que llegó el fin de ciclo.

Ante esto, los más reconocidos tuiteros fueron consultados por el diario Clarín sobre lo que viene luego de la despedida de Cristina Kirchner y tras la asunción de Mauricio Macri.

Consultados sobre cómo será recordado el kirchnerismo, todos coincidieron en reconocer que de manera "no positiva":

Dra. Pignata: Como una yunta de negros que utilizó la mentira de la democracia para llenarse de oro y que huyó al primer resultado adverso.

Pajarita: debería ser recordado como un delirio.

Coronel Gonorrea: el kirchnerismo, como un fenomeno televisivo de alcance metropolitano.

Malcom Gomez: como un gobierno de personas muy malas y desquiciadas, que nadie reconocerá haber apoyado, como de costumbre.

MisOdios: teniendo en cuenta que la memoria no es el proceso cognitivo más aceitado del pueblo argentino, hoy será recordado como el peor Gobierno de la democracia pero en 15 años se licuará bastante dicha definición por alguna más amable, como pasó con el menemismo.

También fueron consultados por lo que pueden llegar a extrañar en el mundo Twitter de la presidente y de la era k:

Dra Pignata: Nada. La choripanera a sueldo que manejaba las cuentas de la Casa Rosada tenía bloqueado a medio país así que nadie se enteraba de sus prédicas demenciadas.

Pajarita: las cosas que hizo y dijo CFK fueron una fuente inagotable para reírnos en twitter. Macri no es tan divertido, ni tan locuaz, ni tan dramático. CFK es irrepetible porque tenía una manada de elefantes bailando malambo sobre su centro de inhibición. Macri es más contenido. No va a recomendar chancho como sustituto del viagra, ni va a aletear como un pollo como hizo CFK en Angola.

Coronel Gonorrea: Nada, Cristina piensa que Twitter es un fax.

Malcom Gomez: Las cadenas nacionales, sin duda. Porque permitieron aprovechar el plus que tiene twitter sobre otras redes. Quiero decir, si tuitear es reaccionar emocionalmente o racionalmente acerca de algo que está pasando ahora mismo, bueno, entonces nada más inspirador para el tuitero que encontrarse con ese repertorio de disparates, contradicciones, violencia y acting en que se convirtieron las cadenas de CFK. Bueno para el tuitero opositor, malo para el país.

MisOdios: Cristina y algunos de sus secuaces son una máquina incansable de expresiones, como mínimo, refutables. Son estrellas que ya se apagaron, pero su luz seguirá un tiempo más. Cuando se pierdan definitivamente, Twitter ya habrá encontrado un chiche nuevo para entretenerse.

Por supuesto, la pregunta del millón para estos tuiteros es cómo vivieron el #findeciclo y toda la situación del traspaso en las redes sociales:

Dra. Pignata: en la cama con el presidente Federico Pinedo.

Pajarita: lo más divertido del Fin de Ciclo en Twitter fue el hashtag #VeniSolo cuando CFK le pidió a Macri que vaya solo a verla a Olivos.

Coronel Gonorrea: sin sorpresas, ya habiamos ensayado el fin de ciclo unas 20 veces.

Malcom Gomez: Azorado. Porque aunque uno espera actitudes mezquinas de CFK, pensás que si concretarlas la perjudica políticamente la mina se va a aguantar. Bueno, no. Presa de la ira, CFK suspende todo cálculo maquiavélico. Y que la presidente de tu país no pueda evitar hacer el mal aún a costa de su popularidad, me impresiona mucho. Se convierte en una caricatura de la villana. El berrinche infantil del traspaso del mando fue la prueba de eso. Nos vamos a acordar más de CFK por la forma en que se despide del poder, que por la 125.

MisOdios: Por un lado, con mucha alegría por la clausura definitiva de una década lamentable. Por el otro, con la vergüenza propia de quien mira a un tío borracho en Navidad. Cuando uno piensa que Cristina no puede caer más bajo, te sorprendés cuando la ves con la pala empezando a cavar.