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La extraña tele de hoy: sin figuras y con repeticiones

Hoy los canales ya no tienen estrellas y por el contrario "gastan" a aquellos programas que les rinden.

La televisión vive constantemente momentos de cambios. Los canales mueven figuras y programas según el rating, aún a costa de perder y resignar calidad, buen gusto y (lo peor de todo) respeto al público. Los casos más destacados de estos "maltratos" por parte de las emisoras, son lo de Telefe para con Susana y Sin Codificar.

Mientras antes había ciertos personajes que eran sinónimo de éxito por lo que los canales los cuidaban y accedían a todos sus caprichos o pedidos con tal de tenerlos, hoy nada garantiza el punto de rating, por lo que las emisoras no se sienten en la obligación de "cuidar a sus figuras".

El caso paradigmático de este punto es el de Susana Giménez y su querido Telefe. Mientras hace unos años el canal hacía todo por la diva, hoy todo es un "tire y afloje".

Hace unos años, Susana era la estrella máxima del canal de la calle Pavón y no había problemas de plata, horarios ni nada que se le parezca. Ahora, que "Su" sigue siendo figura pero no sinónimo de picos de rating, el romance se terminó.

Nada es seguro.  El pasado es pasado y quedó atrás. El canal ya no necesita cuidar como antes a su estrella. Entonces, ¿para qué va a hacerlo?

Por otro lado, están los casos opuestos. Hay programas y personajes que rinden, ¡y cómo! Entonces, aún sin importar la calidad o el cansancio del público, se repiten hasta el hartazgo.

"Peligro Sin Codificar" es hoy uno de los programas más divertidos y exitosos de la televisión argentina.  Al ciclo cómico que comenzó en América le llueven los anunciantes y el rating. Entonces, ¿por qué no usarlo hasta gastarlo?

Ahora, el programa conducido por Diego Korol está entre ¡3 y 5 veces por semana! Una bestialidad. Lo cual hace que, por más esmero que sus protagonistas pongan, la calidad se pierda. No es lo mismo pensar, idear y producir una o dos horas de programa semanales que 5, 6 o 7.

Por otro lado, se corre un gran riesgo: cansar a los espectadores. Cuando una cosa se repite mucho, termina por aburrir, empalaga. Con lo cual, si se mira a largo plazo, resultaría perjudicial para el canal, pero sobre todo al programa.

El de Sin Codificar es sólo un ejemplo, pasa también con Guillermo Francella, cuyos programas se repitieron incansablemente y pasó también con Marcelo Tinelli y sus productos en Canal 13 y satélites.

¿Por qué la televisión no se respeta a si misma? ¿Por qué es desagradecida con las figuras que durante años le dieron de comer? ¿Por qué explota y sobreexpone a aquellos programas y personajes que rinden sin importar la calidad?

Contanos, ¿qué opinás de la tele actual?