En medio de la escalada bélica entre Irán e Israel, el gobierno iraní apuntó con dureza contra Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y de nacionalidad argentina. A través de un comunicado publicado este sábado, el alto funcionario Ali Larijani —asesor principal del líder Ali Khamenei— acusó a Grossi de tener una “actitud parcial” y lanzó una amenaza directa: “Pagará al finalizar la guerra”.
Irán también formalizó una denuncia contra Grossi ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Según la presentación del embajador iraní Saeed Iravani, las recientes advertencias del argentino sobre el programa nuclear de Teherán se alinean “con los intereses de sus enemigos” y “contravienen el principio de imparcialidad” que debe regir el accionar de la AIEA.
En una reciente entrevista con Radio Mitre, Grossi alertó que Irán acumuló uranio enriquecido al 60%, lo que representa un umbral preocupante, dado que el 90% es el requerido para fabricar armas nucleares. “Tienen material suficiente para entre seis y ocho bombas”, advirtió, aunque aclaró que por el momento no hay pruebas de que se haya iniciado ese camino.
Desde Irán, en cambio, cuestionan que el funcionario argentino no haya condenado los ataques israelíes a instalaciones nucleares, como el reciente bombardeo a la planta de Natanz.
Pese a la tensión, el presidente iraní Masud Pezeshkian se mostró dispuesto a retomar el diálogo con Europa. En una conversación con Emmanuel Macron, reafirmó que su país no renunciará al desarrollo nuclear, pero se mostró abierto a cooperar. El mandatario francés, por su parte, fue tajante: “Irán nunca debe tener un arsenal nuclear y debe demostrar que su plan es estrictamente pacífico”.
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