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Insólito: Luciana Salazar "frenó" una designación para un importante cargo del área penitenciaria

El ascenso del director del director del Servicio Penitenciario Federal iba a ser oficializado, pero un tuit de la modelo cambió todo.

Luli Salazar ya lo dijo: no descarta "ser presidenta". Y resiste. Resiste el prejuicio machista que escucha de que, detrás de su poderosa cuenta de Twitter, hay un padrino político que le provee información precisa sobre la coyuntura.

En el último año y medio, especialmente a partir de la campaña electoral, Luciana Salazar se enfocó en el periodismo político y tuvo primicias de relevancia. Por caso, fue la primera en confirmar en las redes que la fiscal Cristina Caamaño, titular de Justicia Legítima, iba a ser designada como interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (aunque también la mencionó a Nilda Garré, quien no fue sumada a la gestión nacional). Lo que no había pasado, hasta el momento, era que a partir de un tuit de la conductora se frenara una designación de un funcionario de Gobierno. Pero ocurrió.

Se trata del caso de Emiliano Blanco, director del Servicio Penitenciario Federal, que ostenta el récord de haber sido el único sobreviviente en su cargo de las tres últimas gestiones presidenciales: llegó con Cristina Kirchner, logró convencer a las autoridades macristas de su rol técnico y continúa al frente del organismo que nuclea a 15 mil agentes y aloja a unos 14 mil detenidos de delitos federales, en 35 penales distribuidos a lo largo de todo el país.

Tras el recambio presidencial, era un secreto a voces que Blanco, a quien la flamante ministra de Justicia, Marcela Losardo, ya conocía; había sido elegido para ocupar la subsecretaría de Asuntos Penitenciarios, que en el nuevo organigrama fue escindida de "Relaciones con el Poder Judicial", en la que fue designada la ex procuradora fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Adriana García Netto.

Blanco, que inició su trabajo en el SPF bajo el ala del ex director nacional Alejandro Marambio, siempre se mantuvo al margen de la embestida que denunció el kirchnerismo contra ex -y actuales- funcionarios por parte del macrismo. Más: varios detenidos destacaron el buen trato que recibieron durante su estadía en la cárcel. 

Con este antecedente, y con fecha del 16 de diciembre, se inició un expediente electrónico, al que tuvo acceso Clarín, desde el área de Recursos Humanos del Ministerio de Justicia con su nombramiento y el de otras nueve designaciones de secretarios y subses de Justicia, entre los que estuvieron incluidos figuras políticas de trascendencia pública, como el caso del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; ó funcionarios menos conocidos, como la propia Netto.

El ascenso de Blanco incluía la versión, en tiempos de lucha feminista, de que el Gobierno se aprestaba a designar por primera vez -a una mujer de su confianza- como titular del SPF. Pero en el medio apareció un tuit de Salazar: "Escándalo en el Ministerio de Justicia por el intento de nombrar a Emiliano Blanco director del servicio penitenciario federal en lugar de su amigo Mahiques. Ambos piezas claves de la denuncia que formuló CFK en su descargo. Primera grieta con Losardo?", escribió en su cuenta, @Lulipop07.

Visibilizó así una puja de las tantas que se suelen dar en forma subterránea por los cargos, y que por supuesto excede a la conductora. 

Juan Bautista Mahiques es, desde octubre del año pasado, el jefe de los fiscales porteños, cargo al que accedió tras dejar su lugar como consejero de la Magistratura por el Ejecutivo y en la subsecretaría de Asuntos Penitenciarios y Relaciones con el Poder Judicial, desde la que se conduce políticamente al SPF. De ahí la conexión de la que hablaba Salazar.

Sin embargo, y a pesar de que efectivamente Mahiques tuvo un lugar clave en la Magistratura, Cristina apuntó en su descargo a Ignacio Mahiques, el hermano fiscal de Juan Bautista, que actuó en la instrucción de la causa por el redireccionamiento de la obra pública a favor de Lázaro Báez.

Lo concreto es que a partir del tuit de Salazar, fue el único cargo que la ministra Losardo dejó vacante. Tanto que el decreto inicial, que estaba a la firma del Presidente, finalmente no salió, y cuando el 24 de diciembre se oficializaron los nombramientos de los funcionarios que aparecían en el expediente original, no se incluyó el nombre de Blanco. Más: se redactaron dos nuevos expedientes, que fueron suscriptos por Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y Losardo.

Inicialmente, fuentes de Justicia relativizaron el impacto de lo expuesto por Salazar, aseguraban que no había sido vetado, y adjudicaban las demoras al "cuello de botella" que se generó en el Gobierno con los nombramientos de todas las áreas, a partir de las complejidades que se encontró la nueva administración para implementar el sistema de Gestión Documental Electrónica, que reemplazó al soporte papel. En efecto, a casi dos meses, hay áreas en las que todavía no están cubiertos cargos de subsecretarios.

Sin embargo, desde la cartera aseguran que el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, otro hombre de extrema confianza de la vicepresidenta, ya tiene un nombre para ocupar Asuntos Penitenciarios: se trata de Nicolás Soler, quien ya tuvo un paso por el área durante el segundo mandato de Cristina y en 2015 hasta ocupó durante unos meses un lugar en la Magistratura por el Ejecutivo, en reemplazo de Julián Alvarez.

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