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Habló por primera vez un testigo clave del caso Madeleinte McCann: "Ella no gritó"

Hegel Busching es testigo clave del caso y acusó a Christian Brueckner, el probable autor del secuestro y muerte de la niña británica. Aseguró que éste último le confesó el crimen.


La desaparición de Madeleine McCann es uno de los casos sin resolver que más llamó la atención en los últimos años. Ahora, se ubicó nuevamente en el foco de la atención pública mundial debido a una entrevista exclusiva que publicó el diario alemán Bild al hombre que denunció a Christian Brueckner, el principal sospechoso por la desaparición y muerte de Maddie.  

En esa nota, realizada en un lugar secreto y no revelado por el diario, Hegel Busching reveló datos escalofriantes de una supuesta confesión de Brueckner. "Ella no gritó", dijo el testigo que le admitió el sospechoso en una charla privada. Con esa frase, según Busching, Brueckner le confesó el crimen de la pequeña.

Hegel Busching, el testigo del caso que habló por primera vez.

“Llamé a Scotland Yard (la policía británica) en 2008 al teléfono habilitado para la investigación de Maddie. Les dije que conocía a alguien que probablemente tuviera algo que ver y les di el nombre. Anotaron mis datos personales y mi número de teléfono. Pero no pasó nada. Nunca me llamaron”, aseguró Helge Busching, que dice que conoció a Brueckner en Portugal, según pudo saber Clarín.

“Parecía alguien bueno”, dijo, aunque poco después le reconoció que tenía un pasado delictivo y que “solía colarse en los hoteles”, entrando por los balcones, ya que era “un buen trepador”. Tras entrar en el departamento de Brueckner “encontré una cámara de video, un montón de películas y un arma”.

Después de ver los vídeos, comprobó como Brueckner azotaba a una mujer mayor atada y con la cara tapada. Lo mismo ocurrió con una niña de entre 13 y 14 años. “Ese día supe que tipo de persona era”, confesó.

Busching afirmó que llevó los videos a un amigo policía en Alemania y este le dijo “mantené tus manos fuera de esto”. A Brueckner no le volvió a ver hasta que un año después cuando se lo encontró en el festival del Dragón de Orgiva (Granada). “Fue difícil para mí. Yo sabía lo que había hecho”, reconoció. En un momento dado hablaron de la desaparición de Maddie. “Le dije que no entendía como una niña podía desaparecer sin dejar rastro. Fue entonces cuando, con dos o tres cervezas de más, me dijo ‘Ella no gritó’”.

“Inmediatamente me di cuenta de lo que había querido decir”, explicó el supuesto testigo. “Pensé: ‘Él lo sabe. Él tiene algo que ver con eso’. Pero también se percató de que me había dado cuenta. A la mañana siguiente le busqué, pero sus vecinos me dijeron que se había ido”, reconoció Busching. Fue entonces cuando decidió ponerse en contacto con la Policía Metropolitana de Londres.

Nueve años después, en 2017 y coincidiendo con el décimo aniversario de la desaparición de Maddie, volvió a contactar con Scotland Yard y esta vez sí fue interrogado formalmente. En 2018, fue la policía criminal alemana le llamó como testigo en un juicio en el que Brückner fue condenado por violar a una mujer estadounidense de 72 años en 2005.

“Mi teoría es que estaba planeando un robo. Salió mal, se encontró con los niños en la habitación del hotel y secuestró a Madeleine. Probablemente no fue planeado en absoluto. Por lo que sé de él, definitivamente lo creo capaz de algo así. Creo que la secuestró. Si terminó matándola al final, no lo sé”, explicó sobre lo que cree que pudo sucederle a la pequeña. 

La historia de un caso emblemático
Madeleine McCann desapareció poco antes de cumplir cuatro años, el 3 de mayo de 2007, en Praia da Luz, en el sur de Portugal, donde pasaba las vacaciones con su familia.

Esa noche, la niña dormía en la habitación del complejo turístico junto a sus hermanos, los gemelos Sean y Amelie, de 2 años. 

Sus padres, Kate y Gerry McCann, cenaban con amigos en "Tapas", el restaurante del centro vacacional, a unos 50 metros de la habitación. Habían llegado allí a eso de las 20:40 y cada 20 minutos se turnaban para ir a vigilarlos y comprobar que todo estuviera bien.

Alrededor de las 22, tras una de esas visitas, la mamá de la pequeña regresó llorando y gritando a la mesa. "Se la llevaron", repetía una y otra vez.

Su desaparición generó una excepcional campaña. Las fotos de la niña de ojos claros con una característica mancha en el iris, dieron la vuelta al mundo y, durante meses, ocuparon portadas de periódicos y horas de televisión.

La investigación estuvo estancada por años antes de que las autoridades se fijaran en el alemán Christian Brueckner, un hombre que vivía en esa época a unos kilómetros del hotel.

"La investigación sobre el sospechoso de 46 años de Brunswick continuará probablemente durante mucho tiempo", advirtió la fiscalía.

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