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Guzmán y "sus circunstancias"

El filósofo madrileño José Ortega y Gasset, principal exponente de la teoría del "Perspectivismo", popularizó una frase que define su pensamiento.

"Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo", escribió en su obra "Meditaciones del Quijote". Con ella aludía al entorno del hombre, a todo lo que lo rodea y no sólo lo inmediato, sino también lo histórico, lo físico y lo espiritual. Para Ortega, el hombre es "el problema" de la vida, y entendía por vida lo concreto, lo incomparable y único. "La vida es lo individual", postulaba. Esto es, el Yo en el mundo. Por ello, vivir es vivir en el mundo, actuar y ocuparse de él; la realidad circundante "forma la otra mitad de mi persona", decía. Filosofía al margen, el pensador y ensayista español hubiera estado exultante de gozo al escuchar las explicaciones públicas que dio el diputado Raúl Guzmán, electo por el Frente Cívico y Social, y recientemente repatriado a las filas del justicialismo kirchnerista. "Uno se va adaptando a los tiempos, a las circunstancias", dijo al día siguiente del acto realizado en conmemoración del Día de la Lealtad, quizás la fecha peronista más simbólica, y en el cual se ubicó en un momento en la mesa principal, muy cerca de la gobernadora electa y presidenta del PJ catamarqueño, Lucía Corpacci. Aunque en rigor Guzmán ya había roto filas con el FCS en la Cámara de Diputados hace un par de meses, la evocación del 17 de octubre configuró su retorno formal al justicialismo, próximo poder político de la provincia. En este plano debería entenderse la capacidad de adaptación "a las circunstancias" de Guzmán.

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Guzmán resultó electo diputado provincial por el Frente Cívico en los comicios de 2009. De oficio artista plástico -y reconocido en el país por sus trabajos-, su incorporación a la lista de candidatos generó un marcado malestar entre los radicales, tanto por los dirigentes y militantes de la primera hora que habían quedado excluidos como por el pasado "peronista" del hombre: había sido director de Cultura de la Provincia en la gestión de Ramón Saadi. Pero el gobernador Eduardo Brizuela del Moral quería una nómina distinta, menos política y más amplia, con figuras nuevas y socialmente respetadas. Pero, además, él en persona se había ocupado de ofrecerle la candidatura a Guzmán, de quien tenía mejores referencias artísticas que políticas. Fue, de hecho, el artista "mimado" por tanto por el Gobierno de la Provincia como por el municipio capitalino. A él pertenecen gran parte de las obras que se realizaron en San Fernando del Valle y en varios municipios del interior durante la gestión del FCS. Pero las elecciones de marzo, y en particular el quiebre histórico que produjeron, desencadenaron una serie de cambios sectoriales e individuales. Es decir, diversas y algunas muy sorprendentes adaptaciones a las nuevas "circunstancias". Guzmán empezó a mostrarse incómodo en la bancada del FCS cuando hubo que votar la nueva conducción de la Cámara baja. Primero estuvo enfermo y se ausentó varias semanas. Luego se molestó cuando los oficialistas lo presionaron para que sincere cómo iba a ser su voto. Y finalmente se declaró dolido por las acusaciones de traición, y formó un bloque aparte. Su ausencia a la sesión clave fue decisiva a la hora de volcar la votación a favor del peronismo.

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La teoría de Ortega replicó en Argentina al cabo del proceso electoral de 2005. A partir de entonces se acuñó un neologismo que describe estos fenómenos de adaptación a los cambios en la política: la "borocotización". Tiene como origen a Eduardo Lorenzo "Borocotó", médico pediatra y ex periodista deportivo que, apenas fue electo diputado nacional por la Capital Federal aquel año en la lista del macrismo, hizo una voltereta hacia el Frente para la Victoria. Raúl Guzmán no fue el único que se "borocotizó" en Catamarca. En las primeras filas del FV revisten algunos dirigentes izquierdosos que aparecieron en la política con mayor fuerza durante las marchas del silencio que desencadenaron la intervención federal al gobierno peronista y que, posteriormente, sirvieron de bandera ideológica del Frente Cívico y Social en los años siguientes. Pero de haber repudiado el nepotismo saadista y sus abusos de poder, hoy recitan con una facilidad increíble el relato oficial de Néstor y Cristina. Todo sea por sobrevivir.