Giro en la causa de la científica del CONICET que mató a su amigo en un juego sexual: le quitaron la cadena perpetua
El Tribunal de Impugnaciones cambió la calificación del crimen de Marcelo Amarfil y Luciana Bustos podría recibir una pena mucho menor.
La causa por el crimen de Marcelo José Amarfil en San Juan dio un vuelco inesperado en las últimas horas. El Tribunal de Impugnaciones revocó la condena a prisión perpetua contra Luciana Bustos, investigadora del CONICET, y cambió la calificación del delito a homicidio simple.
La decisión, tomada por los jueces Juan Carlos Caballero Vidal, Eduardo Raed y Benedicto Correa, implica que la pena máxima que podría recibir Bustos ahora es de 25 años de prisión, en lugar de la perpetua que le habían impuesto en mayo de 2025.
El mínimo, en este nuevo escenario, baja a 8 años.
El fallo del Tribunal de Impugnaciones rechazó los recursos presentados por el Ministerio Público Fiscal y la querella, que buscaban mantener la figura de homicidio doblemente agravado. Así, los agravantes que se habían aplicado en la sentencia original quedaron sin efecto.
Uno de los puntos clave fue que los jueces descartaron que existiera un vínculo de pareja entre Bustos y Amarfil, y también rechazaron la hipótesis de alevosía.
Según la defensa, este cambio significa que el crimen deja de ser considerado un homicidio agravado y pasa a ser un homicidio simple, con una escala penal mucho más baja.
Cómo fue el crimen de Marcelo Amarfil
El hecho ocurrió en enero de 2024, en la localidad de Las Chacritas. Según la investigación, Marcelo Amarfil fue asesinado de seis puñaladas dentro de un auto estacionado, durante un encuentro sexual.
En el juicio oral, la fiscalía sostuvo que Luciana Bustos planificó el crimen para ocultar una supuesta doble vida. Por eso, el tribunal que la juzgó en mayo de 2025 —integrado por Gerardo Fernández Caussi, Guillermo Adárvez y Matías Parrón— la condenó a prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo.
Sin embargo, la defensa de Bustos siempre sostuvo que ella actuó en legítima defensa ante un intento de abuso sexual, una versión que fue rechazada en el juicio.
Con la nueva calificación de homicidio simple, la situación judicial de la investigadora del CONICET cambia de manera radical. La pena que podría recibir va de 8 a 25 años de prisión, muy lejos de la perpetua que le habían impuesto.
La decisión modifica de fondo el escenario judicial y abre nuevos caminos: una posible apelación de Fiscalía y la querella, o un juicio de cesura para definir la nueva condena.
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