"Fue un momento muy íntimo y especial"
Antonia Macri lució un vestido con "un gran significado afectivo": fue el mismo que llevó su abuela Alicia Blanco Villegas -madre de Mauricio- el día de su propio bautismo.
No hubo un motivo especial en la elección del día, pero durante el transcurso de la ceremonia religiosa que se llevó a cabo el sábado 5 de mayo, en la capilla del Tortugas Country Club, alguien del círculo íntimo de la familia Macri-Awada sacó una curiosa conclusión. "Todo es por algo, las casualidades no existen: Antonia nació el 10 del 10 y hoy es 5 del 5", afirmó.
Cerca de las cuatro de la tarde, Mauricio Macri (53) y Juliana Awada (37) llegaron acompañados por sus padres, hermanos, hijos y sobrinos y fueron recibidos por el padre Tomás. Los padrinos de la más pequeña de la familia, de 7 meses, -quienes habían sido elegidos algunos días después de que Mauricio y Juliana dieran a conocer la noticia del embarazo-, fueron Francisco, el único hijo varón del jefe de Gobierno porteño, y Delfina Rossi, sobrina de la empresaría textil. "Era algo que le había prometido hace mucho tiempo, porque, como la madrina de Valentina, mi primera hija, es una íntima amiga mía, Delfi ya sabía que ahora le tocaba a ella", aseguró Juliana.
En este día tan especial, Antonia - que estuvo muy sonriente durante toda la misa- lució un vestido con "un gran significado afectivo", porque fue el mismo que llevó Alicia Blanco Villegas -madre de Mauricio- el día de su propio bautismo. "Amo los diseños antiguos, con historia, y, cuando mi suegra me comentó que había encontrado este vestidito, no lo dudé", afirmó Awada.
Por parte de los Macri, estuvieron presentes Franco - padre de Mauricio- y los hermanos del jefe de Gobierno, Sandra y Mariano. También acompañó a la familia Nuria Quiniela, ex pareja de Franco.
Obviamente, los Awada en pleno tampoco quisieron perderse este momento especial en la vida de Antonia.
Pomi, la mamá de Juliana, y los tíos de la agasajada, Daniel - junto con su novia Yanina Solnieki-, Soraida y Leila llegaron puntual a la capilla.
"Por suerte, nos tocó un día divino de sol. Todo fue muy distendido y familiar. La verdad es que vivimos mi momento íntimo y especial", contó la primera dama porteña.
Luego de la ceremonia, Mauricio y Juliana recibieron a los invitados en la casa que los Awada tienen en Tortugas para disfrutar de un tranquilo tí, que acompañaron con delicias dulces y saladas y una torta blanca con copitos rosas.
Cerca de las cuatro de la tarde, Mauricio Macri (53) y Juliana Awada (37) llegaron acompañados por sus padres, hermanos, hijos y sobrinos y fueron recibidos por el padre Tomás. Los padrinos de la más pequeña de la familia, de 7 meses, -quienes habían sido elegidos algunos días después de que Mauricio y Juliana dieran a conocer la noticia del embarazo-, fueron Francisco, el único hijo varón del jefe de Gobierno porteño, y Delfina Rossi, sobrina de la empresaría textil. "Era algo que le había prometido hace mucho tiempo, porque, como la madrina de Valentina, mi primera hija, es una íntima amiga mía, Delfi ya sabía que ahora le tocaba a ella", aseguró Juliana.
En este día tan especial, Antonia - que estuvo muy sonriente durante toda la misa- lució un vestido con "un gran significado afectivo", porque fue el mismo que llevó Alicia Blanco Villegas -madre de Mauricio- el día de su propio bautismo. "Amo los diseños antiguos, con historia, y, cuando mi suegra me comentó que había encontrado este vestidito, no lo dudé", afirmó Awada.
Por parte de los Macri, estuvieron presentes Franco - padre de Mauricio- y los hermanos del jefe de Gobierno, Sandra y Mariano. También acompañó a la familia Nuria Quiniela, ex pareja de Franco.
Obviamente, los Awada en pleno tampoco quisieron perderse este momento especial en la vida de Antonia.
Pomi, la mamá de Juliana, y los tíos de la agasajada, Daniel - junto con su novia Yanina Solnieki-, Soraida y Leila llegaron puntual a la capilla.
"Por suerte, nos tocó un día divino de sol. Todo fue muy distendido y familiar. La verdad es que vivimos mi momento íntimo y especial", contó la primera dama porteña.
Luego de la ceremonia, Mauricio y Juliana recibieron a los invitados en la casa que los Awada tienen en Tortugas para disfrutar de un tranquilo tí, que acompañaron con delicias dulces y saladas y una torta blanca con copitos rosas.