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Finalmente, ¿se llevará a cabo el paro de trasporte de 36 horas anunciado por Hugo Moyano?

La medida de fuerza amenaza con revolucionar las actividades de decenas de miles de trabajadores y estudiantes. ¿Qué dicen los distintos sectores involucrados?

El último paro de trasporte, organizado por sectores críticos al kirchnerismo y en reclamo de la eliminación del impuesto a las ganancias, afectó a centenas de miles de trabajadores y estudiantes que vieron limitadas sus posibilidades de ingresar a la Capital Federal. Aquel martes también circulaba la versión de una nueva medida de fuerza aún más drástica: 36 horas del cese de actividades del transporte y movilizaciones a Plaza de Mayo. El temor y la incertidumbre se sienten con fuerza entre la mayoría de los ciudadanos por esta advertencia.

Por lo pronto, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), en la que se ven representados los conductores de ómnibus de corta, media y larga distancia no determinó aún cuál será su participación durante la medida de fuerza. De hecho, las palabras de Mario Caligiari, vocero del gremio, dejaron entrever que sus intenciones no tienen que ver con formar parte de la medida de fuerza. "No queremos participar de un paro sectorial, queremos la unidad de todos", expresó el dirigente, según publica el portal lapoliticaonline.com.

Por su parte, otro de los integrantes de la misma asociación, Roberto "El Gallego" Fernández, tampoco se siente completamente convencido de formar parte del extenso paro. Según lapoliticaonline.com, el hombre fuerte del gremio cumplió una tarea fundamental durante la medida de fuerza llevada a cabo el martes pasado. Sin su aporte, la UTA no se vería plenamente comprometida con la medida de fuerza.

De esta manera, el paro con el que amenazó el líder de la CGT Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, de la CGT Azul y Blanca se encuentra más cerca de quedar en el simple anuncio. La medida de fuerza, que comenzaría el 14 de abril, por el momento se percibe como una propuesta arriesgada y que sólo se podrá llevar a cabo en el caso especial de que "todos los sectores" afectados por el impuesto a las ganancias demuestren la determinación para tomar cartas en el asunto. Una situación que, por lo pronto, reluce utópica, aunque no por ello menos amenazante.