Es folclorista, vivió tres veces en la calle y se le ocurrió una idea que lo llevó a facturar 55 millones de dólares
Iván Camaño nació en Santiago del Estero y transformó la adversidad en un motor de cambio. Un relato de resiliencia, música y un compromiso inquebrantable por una Argentina más justa, forjado entre la pobreza, la calle y la superación de tragedias.
Desde los polvorientos caminos de Quimilí, Santiago del Estero, hasta los escenarios más imponentes y las negociaciones con líderes globales, la vida de Iván Camaño es una clara muestra de la fuerza del espíritu humano.
En sus propias palabras, se revela el camino de un héroe forjado en la adversidad, un folclorista santiagueño que se ha convertido en un referente de la Argentina profunda, con la música como su voz y la acción social como su bandera.
Iván describe su infancia en Quimilí como "llena de dolor, de sufrimientos", pero siempre con un propósito claro: "Uno tiene que ir fortaleciéndose a través de los golpes”.
Creció entre la música de su padre, cantor de albañilería, y las enseñanzas de su madre, maestra rural. "Andaba deambulando por el pueblo con mi guitarra", recuerda, tocando y cantando desde los 5 ó 6 años.
La llegada de la banda de cumbia “Ternura” abrió un mundo desconocido para Iván. "Ahí he empezado a tener la oportunidad de viajar por diferentes lugares, algo que me ha llamado poderosamente la atención y ha sido un choque cultural para mí". Esa experiencia transformadora no solo le permitió pagar sus estudios, sino que lo impulsó a una búsqueda incansable de conocimiento.
Tres veces en la calle: aprendizajes en la desesperanza
La vida de Camaño está marcada por un impactante hito: superó la situación de calle en tres ocasiones. "Estar en situación de calle es realmente algo que no se lo deseo a nadie, porque no tienen idea lo que es estar en la desesperanza total". Describe la crudeza de la intemperie: "Que te dé el frío, que te dé la lluvia, no tener nada, absolutamente nada".
A su vez, resalta la "alerta permanente" y la humillación de ser rechazado. "Ahí es donde uno tiene que ver de no enojarse, sino de comprender las diferentes clases sociales", afirma, enfatizando el perdón.
Las calles le ofrecieron "las más oscuras tentaciones", pero su fortaleza fue su escudo. "Tener la capacidad y la fortaleza espiritual, psicológica y del buen ser de persona para decir que no, hay que estar muy bien plantado".
Cada vez que la vida lo arrojó a la calle, Iván encontró un punto de inflexión. Al llegar a Buenos Aires a los 20 años para estudiar música, su beca "no existía". Así, "he empezado a andar de villa en villa, en las plazas y empezar a construir desde la calle a través de tácticas y estrategias".
El amor y el perdón le fueron presentados por Facundo Cabral, quien lo acercó a la Madre Teresa de Calcuta. "Ahí he conocido el amor y he conocido el perdón”.
El arte de la superación
"Constantemente he estado viviendo a la par de la muerte, acariciando siempre la muerte", confiesa, pero sin temor: "Es importante que sepamos que no hay que tenerle miedo a la muerte, sino hay que disfrutar día a día, respetarnos, aportar".
Su capacidad de sobreponerse se evidenció como sobreviviente del trágico accidente de Tamara Castro en 2000. "Haber superado el tema de las peleas clandestinas, haberme levantado, haberme caído, haber tenido el accidente donde se han muerto muchas personas, haberme levantado después de ese accidente y salir de vuelta a la vida y estar trabajando mientras yo sabía que estaba con estrés postraumático".
"Ser más grande que el más grande de los obstáculos en la vida, creo que ya ha ido formando parte de mí y ya hoy cada problema veo una gran oportunidad", afirma.
La pandemia de 2020 es un claro ejemplo: Iván vio una solución. "He visto una posibilidad, un aporte en materia de salud y ahí hemos impulsado el barbijo Atom Protex, que elimina el 99.9% de virus, bacterias y hongos".
Esta iniciativa llevó a la empresa a facturar 55 millones de dólares y generar más de 200 puestos de trabajo. "Soy una persona que estoy construido desde la adversidad con mucha fuerza psicológica, con mucho positivismo y no existe en mí el no puedo, no voy a poder, el creo, el ojalá, todo eso no existe. Yo todo lo que me propongo lo hago, cueste lo que cueste y siempre he dicho a mi pueblo: jamás voy a volver derrotado, antes prefiero morir y que me lleven muerto, pero no jamás ver derrotado a mi pueblo. De Argentina estoy dispuesto como siempre a derramar mi sangre por ella y dejar una propuesta para mi gente".
Habló con autoridades para su lanzamiento, y el éxito fue rotundo: "Vendían 4 millones de barbijos por semana", generando "empleabilidad para más de 200.000 personas".
Para Iván, este proyecto es un testimonio de su filosofía: "Hay que ver siempre la oportunidad por eso uno cree mucho en esto de la resiliencia nunca rendirse, siempre estar con la mentalidad bien positiva".
La impulsión de las pastillas Mediclean, Mediclean Plus y Germover es otro ejemplo de su visión disruptiva. Las compara con la evolución de los videoclubs a las plataformas digitales.
En línea con la Agenda 2030, propuso eliminar los bidones de limpieza. Logró un acuerdo con Laboratorio Pian para que el producto saliera a la luz. "Una pastilla que rinde 5 litros de desinfectante hospitalario, de lavandina que te sirve para todo". Su impacto económico y ambiental es notable, reemplazando camiones de bidones por camionetas con pastillas.
"La pastilla tiene múltiples beneficios. Dura tres años a comparación de la lavandina que dura solamente 120 días. Esto libera espacio y elimina toxicidad”, dijo el empresario.
"Hoy nosotros estamos teniendo 15.000 puestos de trabajo directos e indirectos". También alivia el bolsillo del consumidor: "Lo que te sale 5.000, 6.000 pesos que sale una lavandina, esto te termina saliendo el 80 o el 70% menos". Iván denuncia la toxicidad de los productos tradicionales. Las pastillas, en cambio, "no manchan, no tienen toxicidad y encima recién actúa cuando encuentra los patógenos".
La lucha contra el narcoterrorismo y la mirada al futuro
Camaño se presenta como un "luchador en contra del narcoterrorismo y lavado de activos". Su estrategia es audaz: "erradicamos, pero por completo, en 8 meses, la inseguridad de la Argentina". Su confianza radica en su conocimiento: "Lo digo porque conozco, lo digo porque sé y conozco a cada uno que anda delinquiendo, los conozco a todos". Su plan incluye repatriar delincuentes extranjeros: "hablar con todos los embajadores y presidentes y decir, muchachos, se los llevan a sus países". Su promesa es contundente: "Garantizo eliminar todo eso en ocho meses, porque esto es decisión, es decisión y acción directamente".
Su análisis de Argentina se centra en la transparencia y la producción nacional. Critica los altos costos: "No puede ser que el agua salga no sé, 2.000, 3.000 pesos una botellita chiquita de agua no, no es una cosa increíble". Propone "transparentar, ver los costos bien, ponerse de acuerdo y que, lógicamente, que de aquí salga, se produzca todo y nosotros le vendamos el mundo. Y ser más nacionalista que Estados Unidos, pero lejos". Insiste en que tiene acuerdos firmados para industrializar y garantizar la compra de productos argentinos.
Un obrero del pueblo
La pluma de Iván Camaño no conoce fronteras musicales. "Compongo diferentes tipos de canciones, imaginate que en el rubro de la música tropical hemos compuesto con José Luis Salinas, el grupo Ternura, muchísimas canciones, cumbias, carnavalitos, huaynos", detalla. En el folclore, su raíz más profunda, busca "siempre dar un mensaje esperanzador, siempre dando ese mensaje de esa voz del pueblo que no puede hablar".
Sus letras abordan una amplia gama de temas, incluyendo las realidades más crudas de la Argentina profunda. Conmueve al recitar un fragmento: "Ese niño juntando comida en la basura con la camiseta de Argentina donde dice: 'Soy argentino, grita su oscura piel, pero su patria amada no piensa en él y él lleva la bandera del país que lo margina, vamos, vamos Argentina aunque no tenga para comer'. Tremenda, tremenda paradoja".
Para Iván Camaño, la distinción entre su faceta artística y sus actividades profesionales se diluye. "Creo que todo es arte", afirma. "El arte de la economía, el arte del conocimiento empresarial, el arte del conocimiento geopolítico todo creo que es un arte".
Su visión integral le permite equilibrar sus múltiples roles. "Llevar adelante diferentes proyectos tiene que ver con una inspiración, con un arte, con un conocimiento que eleve siempre al pueblo, que genere fuentes de trabajo y que cuide por sobre todas las cosas a la sociedad". El impacto de la cultura, para él, trasciende el entretenimiento. "Si nos vamos a hablar de la seguridad, si nos vamos a hablar de la salud, si nos vamos a hablar de la cultura, tenemos que siempre hablar de la motorización económica en cuanto a la cultura de las artes que impacten en lo turístico para que le dé trabajo a un restaurante, que le dé trabajo a los micros, a los aviones para que se mueva y se motorice la economía".
La clave es la comprensión de las interconexiones. "Por eso está todo ligado con todo, por eso hay que entender bien cómo son las cosas y para eso hay que estudiar, para eso hay que conocer y no hablar solamente desde los libros, sino haber transcurrido pueblo por pueblo de nuestra nación".
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