A pocas horas de despedir el año, Juana Repetto compartió un extenso y honesto mensaje en sus redes sociales para hacer balance de un 2025 atravesado por momentos difíciles, pero también por aprendizajes profundos.
Entre los primeros recuerdos, mencionó un viaje familiar que no salió como lo había imaginado: su hijo Toro atravesó varios días de fiebre en plena estadía en Disney. “Hubo instantes increíbles, pero no fue el viaje soñado”, reconoció. A eso se sumó el regreso al país y una mudanza a una casa aún en obra, con todo lo que eso implicó para la dinámica familiar.
Más adelante, la influencer se refirió a su embarazo, etapa que vivió con mucha angustia debido a complicaciones médicas. Problemas en el cuello uterino, placenta baja y el riesgo de un parto prematuro la obligaron a atravesar un reposo parcial y a contemplar la posibilidad de una cesárea. “Hubo mucho miedo, pero abrazamos todas las opciones para que el bebé pueda quedarse un tiempo más”, expresó.
El cierre del año también estuvo marcado por problemas de salud en la familia: Toro contrajo paperas, Beli sufrió una infección en la piel y ella misma atravesó una sinusitis aguda, además de otras molestias físicas. Sin embargo, destacó que lograron salir adelante y llegar al final del año unidos y recuperándose.
En el tramo final de su reflexión, Repetto eligió poner el foco en lo positivo: la recuperación de su mamá, el buen estado de su embarazo y la decisión personal de priorizar su bienestar emocional. “Estoy ocupándome de sanar y de organizarme para ser la mamá que ellos merecen”, escribió, en referencia a sus hijos.
También dedicó unas palabras especiales a Toro y Beli, a quienes definió como su gran equipo y sus mayores maestros, agradecida por el vínculo que construyen día a día.
El temor que aún la acompaña de cara al parto
En publicaciones recientes, Juana había contado cuál es el escenario que más la inquieta de cara al nacimiento de su tercer hijo. La posibilidad de una cesárea sigue siendo su mayor miedo, no tanto por la intervención en sí, sino por el posoperatorio y la exigencia de cuidar a dos niños y a un recién nacido al mismo tiempo.
Aun así, aseguró que trabaja para no dejarse dominar por esos pensamientos y que su embarazo se encuentra controlado, con seguimiento médico permanente.
Con honestidad y sin idealizar, Juana Repetto cerró el año agradecida, consciente de lo vivido y enfocada en encarar el 2026 desde un lugar más calmo y saludable.
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