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Encontraron el arma con la que se mató Williams Tapón: quién la tenía

La entregó su hermana casi 24 horas después de la muerte del futbolista amateur que le pegó una patada en la cabeza a un árbitro en Avellaneda.

El arma con la que se disparó Williams Alexander Tapón (24) apareció este martes a la tarde. Después de 24 horas de misterio, fue entregada por su hermana, según confirmaron fuentes del caso a Clarín.

Se trata de un revólver calibre .38 Special con el que el futbolista amateur se habría pegado un tiro en la cabeza después de la viralización del video en el que se lo ve agredir a un árbitro y patearle la cabeza. Además, la hermana entregó también dos balas y dos cartuchos usados.

El cuerpo de Tapón apareció en la noche del lunes en las vías del ferrocarril General Roca, a la altura de las calles General Paz y General Heredia. Todo indicaba que se trataba de un suicidio, pero el arma usada en el hecho no aparecía. Este martes a la tarde, la hermana se acercó a las autoridades y entregó el revólver. Dijo que lo había guardado después de encontrar el cuerpo de Williams.

Ahora el revólver será peritado para confirmar si coincide con el proyectil que hirió al jugador en la cabeza.

Fuentes ligadas a la investigación admitieron a Clarín que "por el lugar y la oscuridad anoche (por el lunes) no se encontró nada", por lo que trabajaban en el lugar para intentar hallarla.

Una de las posibilidades que barajaban es que haya sido robada.

La hipótesis del suicidio quedó reforzada por los mensajes previos del hombre a su familia donde decía: "Hasta acá llegué, me voy con la vieja", en referencia a su mamá, fallecida hace ocho meses.

Tapón fue hallado muerto de un balazo, cerca de las 22, en terrenos del ferrocarril Roca, sobre las calles General Paz al 1200 y Heredia, de la localidad de Gerli, a pocos metros de su casa.

El joven había sido acusado de agredir a un árbitro en un torneo de fútbol amateur en Sarandí, partido de Avellaneda.

Lo imputaron del delito de "homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo" en perjuicio del árbitro Cristian Ariel Paniagua (36).

El referí fue agredido a trompadas y piñas cuando dirigía el último sábado un partido de fútbol de un torneo amateur en el complejo deportivo "Estación 98", ubicado sobre la avenida Mitre al 3900 en esa localidad del partido de Avellaneda, al sur del conurbano bonaerense.

Si bien la fiscal Alejandra Olmos Coronel, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Avellaneda, dispuso las diligencias de rigor por un presunto suicidio, las fuentes confirmaron que en las primeras horas del hecho no había sido hallada el arma con la que presuntamente se disparó.

"Todavía no podemos determinar nada en concreto, pero supuestamente sería un suicidio. El lugar estaba muy oscuro y se dieron circunstancias particulares que están siendo investigadas", afirmó a Télam una fuente con acceso a la causa.

Hasta el momento se desconoce si el joven dejó algún escrito con referencia a la presunta decisión que tomó, aunque sí le envió una serie de mensajes a su esposa.

El cuerpo del joven fue movido por vecinos y familiares unos 30 metros hacia la vereda y, por ese motivo, la fiscal ordenó un rastrillaje de la zona para para ver si logran ubicar el arma presuntamente utilizada por el joven.

Agustina, esposa de Tapón y madre de sus dos hijos de dos años y siete meses, aseguró que fueron familiares y vecinos los que encontraron el cuerpo del joven tirado.

"Prefiero que sufran todo de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel", aseguró la mujer que le dijo anoche Tapón en un mensaje de audio de la aplicación WhatsApp, y añadió que desconoce de dónde su esposo sacó el arma de fuego.

En diálogo con el canal Crónica TV, Agustina recordó los últimos minutos junto a su esposo: "Él estaba conmigo y con los nenes, jugando con mis hijos, en un momento me dice que se va, y antes de salir, me queda mirando, me da un beso y me abraza. Me puse a llorar, lo abracé y salió afuera. Me dijo que le haga milanesas y salió".

Tapón estaba acusado de agredir a golpes y patadas al árbitro Paniagua el último sábado cuando su equipo de fútbol "La Cortada" disputaba un encuentro de un torneo de fútbol amateur contra el rival, "El Rejunte".

El hecho quedó registrado en una filmación de un teléfono celular que se viralizó en redes sociales y medios de comunicación, en donde el árbitro en un primer momento amonestó a un jugador, previo a ser atacado.

Según la denuncia policial del árbitro, realizada por la tarde noche, luego de ser increpado por un compañero de equipo del agresor, Tapón le asestó dos golpes de puño en el rostro, lo que provocó que la víctima cayera al piso, donde fue pateado en la cabeza por el jugador.

"La verdad es que estuve mal, lo admito. Fueron esos cinco minutos en los que no me pude controlar y reaccioné así hacia el referí. La única explicación que puedo dar es que tenía enojo. El árbitro no ayudó; de entrada estaba cobrando todo para ellos", afirmó el joven en una entrevista con Canal 9, en la que se identificó como Dimitri, nombre que también empleaba en redes sociales.

El joven aseguró que habló con Paniagua y que éste "quería que le pague 300 mil pesos para no hacer la denuncia", según dijo.

"Le pedí disculpas, de todo corazón, y no me las aceptó. Sé que lo pude haber matado; no fue mi intención, me saqué. La gente no sabe, no soy así. Anoche (por el domingo) no pude ni dormir. Todos me dijeron que lo podría haber matado", sostuvo.

Siempre según su denuncia ante la policía, Paniagua perdió el conocimiento y fue trasladado al hospital Presidente Perón de Avellaneda, donde fue atendido y luego dado de alta, sin que le brindaran información sobre un diagnóstico preciso de lo que le sucedió.

Finalmente, la UFI 4 de Avellaneda, a cargo de hechos vinculados a violencia en eventos deportivos, intervino de oficio horas antes ya que el hombre no había realizado la denuncia.

El artículo 44 del Código Penal establece para las tentativas de los delitos que se castigan con prisión perpetua -como la calificación de homicidio agravado por alevosía de este caso-, una pena de 10 a 15 años de cárcel.

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