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En 27 años las mujeres pasaron del 4% al 39% en el Congreso

*Por Victoria Urdinez. En 1983 había sólo 11 diputadas mientras que en la actualidad son 94. En el Senado hoy son 28, frente a las tres que había en el reinicio de la Democracia. La Ley de Cupo cambió el mapa.

La participación femenina en la vida política argentina pisa cada vez más fuerte. Por primera vez en la historia del país una mujer, Cristina Fernández de Kirchner, es la Presidenta de la Nación elegida por el voto popular, y lo mismo ocurre en Tierra del Fuego, desde que Fabiana Ríos ganó la gobernación de la provincia.

Desde el reestablecimiento de la democracia, el Congreso es el organismo estatal que mejor grafica el avance de las mujeres en cargos públicos. Actualmente existen 94 diputadas y 28 senadoras nacionales, esto es, el 37 y 38,9% respectivamente en relación a la totalidad de miembros de cada Cámara (257 en Diputados y 72 en el Senado). Hace 27 años, en cambio, existían sólo 11 diputadas y 3 senadoras. La cantidad de diputadas nacionales se mantuvo prácticamente estable entre 1983 cuando representaban el 4,3% de los miembros de la Cámara baja y 1991, año en el que sólo llegaban a representar el 6,3% del total, con 14 mujeres. La sanción de la Ley de Cupo Femenino en 1991 transformó a la Argentina en un país pionero en la generación de medidas para asegurar la presencia de mujeres en espacios de decisión política. Así, a partir de su entrada en vigencia en 1993 se produce un notable y sostenido incremento en la cantidad de legisladoras nacionales. La proporción de diputadas alcanzó ese año el 13,6%, pese a que la nueva norma marcó que las listas que se presenten deberán tener mujeres en un mínimo del 30% de los candidatos de los cargos por elegir.

Llegó a conformar el 33,9% de los integrantes 87 mujeres recién en 2003 y el 35,8% (92) luego de las elecciones legislativas que tuvieron lugar en 2005. Debido a la renovación total del Senado en 2001, en la primera elección con arreglo a la Ley de Cupo Femenino, la cantidad de senadoras nacionales se elevó de cuatro en ejercicio en el período 1998/2001 (5,8% de la Cámara alta) a 26 en 2001 (37,1% del Senado). Luego de las elecciones legislativas de 2003, la proporción de senadoras ascendió a 43,7%, para ubicarse en un 42,3% en 2005, de acuerdo a las cifras de la investigación. Las legisladoras: Cupos de género y política en Argentina y Brasil.

La Ley de Cupos fue un avance increíble aunque las propias mujeres a veces no lo valoramos, aseguró a El Cronista Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) y con larga trayectoria en la vida política del país desde su rol de dirigente en la UCR.

Hasta la aprobación de la ley 24.012, de cuotas o cupo femenino, las mujeres fueron incluidas en el sistema político como representadas pero difícilmente como representantes ya que la Ley de sufragio femenino no garantizó que las mujeres accedieran a cargos parlamentarios con facilidad, explican en el estudio las académicas Jutta Marx, Mariana Caminotti y Jutta Borner.

A partir de la mejora de la composición de las mujeres en el Congreso se empiezan a facilitar sanciones de leyes importantes como la Ley de Salud Sexual y Reproducción en 2002 y la de Violencia en 2006, a las que los varones no daban tanta prioridad, recuerda Bianco quien siguió en vivo desde el Senado y apoyó con bombos y platillos la sanción de la Ley de Cupos.
Igualmente y pese a la elevada proporción de legisladoras nacionales, las propias diputadas y senadoras todavía se quejan de que a efectos de ser reconocidas deben esforzarse más que los legisladores a pesar de exhibir niveles educativos elevados, antecedentes partidarios e incluso, en muchos casos, mayor experiencia legislativa previa. Pero lo cierto es que el escenario cambió e incluso las parlamentarias ya ocupan la presidencia de varias Comisiones, algo impensado apenas años atrás: en diputados lideran 19 y en senadores 11.

Entre tantos logros cosechados aún falta afianzar más la representación de las mujeres en cargos ejecutivos en gobernaciones, ministerios, secretarías de Estado e intendencias, algo que se palpita en crecimiento y constituye sin duda el desafío de las mujeres en la política para los próximos años.