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El vicepresidente de Brasil rompió con Dilma Rousseff y se declaró "independiente" en medio de la crisis de gobernabilidad

Michel Temer, representante del PMDB, se adelantó a la posibilidad de un juicio político contra la primera mandataria.

Los representantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), encabezados por el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, decidieron salirse abruptamente de la coalición que formaron con el Partido de los Trabajadores (PT) y declararse "independientes", en medio de la crisis política y de representatividad que atraviesa el país carioca.

Al grito de "¡Fuera PT!", el PMDB rompió con el movimiento liderado por Luiz Inácio Lula da Silva tras 12 años de alianza política, como manera de adelantarse a un posible juicio político contra la jefa de Estado brasileña, Dilma Rousseff.

Hasta el momento, el vicepresidente Temer era uno de los aliados más fuertes de Rousseff de cara al conflicto. Sin embargo, la ruptura es prácticamente un hecho en Brasilia y podría colaborar con el proceso de destitución que plantea el Congreso. En caso de concretarse, el líder del PMDB podría asumir la presidencia hasta por 180 días, tiempo en que el Senado deberá decidir quién asume el mandato definitivo.

Temer también ordenó a todos los mandatarios de su partido que entreguen sus puestos y claudiquen sus funciones, lo que complica aún más el panorama dado que el PMDB tiene, en principio, siete carteras ministeriales a su cargo.

La ruptura ya había sido anunciada al ex presidente Lula, al tiempo que habían manifestado lo "irreversible" del asunto. Temer también anticipó que, en caso de asumir la presidencia, ya cuenta con un plan de Gobierno que incluye el recorte de presupuesto para programas sociales, privatizaciones y mayor apertura comercial.

Esta no es la primera situación de ruptura que enfrenta Dilma, aunque sí es quizás la más fuerte. La semana pasada, y apenas a cinco meses del comienzo de los Juegos Olímpicos, renunció a su cargo el ministro de Deportes, George Hilton.

A la luz de los hechos, la situación de Rousseff es cada vez más endeble dado que el PT quedó solo en la arena política y deberá enfrentarse al proceso de destitución únicamente con sus legisladores más fieles, que no llegan a cubrir el tercio de Cámara de Diputados necesario para evitarlo.