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El verdadero camino hacia la pobreza cero

Por Juan Enrique. De cara al futuro, reducir la pobreza debe dejar de ser un término del marketing político para ser una verdadera propuesta a largo plazo y un pilar fundamental para el desarrollo del país.

Las medidas de política económica, deben centrarse en reinstaurar el concepto de distribución progresiva del ingreso, donde haya más igualdad y oportunidades para todos. Se debe dar al Estado el mismo prestigio que reclamamos como ciudadanos y para ello debemos fortalecerlo con atribuciones certeras.

Se necesita una importante presencia del Soberano como elemento de redistribución a través de una matriz tributaria progresiva, es decir que tributen más quienes concentran mayor riqueza, para que luego se puedan reasignar estos recursos en pos de mejorar la educación, salud y seguridad.

Los datos de la Argentina de los últimos 80 años, muestran que una mayor concentración de la riqueza ha venido con menores niveles de inversión. En países como el nuestro, ricos en recursos naturales, pero a la vez con mucha concentración, estas políticas solo producen efecto a muy largo plazo. La concentración se da en pocas familias, no solo en términos rentísticos territorial, sino también en bienes de capital. Y estas mismas familias solo conciben a la Argentina en Nordelta y Puerto Madero, guardando sus ahorros en Miami y las Islas Caimán.

Al analizar la historia de los países desarrollados, tomando como ejemplo Estados Unidos, Japón o Corea del Sur, lejos de defender el libre comercio, ellos protegieron el mercado interno y subsidiaron sectores que no eran competitivos en ese entonces. Con el correr del tiempo, cuando dichos países lograron un nivel industrial destacado internacionalmente, recién en ese momento se abrieron al mundo. Todos sabemos que la creación de mano de obra calificada en sectores industriales es fundamental en la disminución de la pobreza.

La representación de los trabajadores debe ser protagónica, la capacitación será el vehículo central para el debate del futuro de LA DISTRIBUCIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD.

Y al mencionar PRODUCTIVIDAD, es nuestro deber referirnos a controles para que esa productividad no se nos escurra de las manos. Deben existir controles en la cuenta capital para regular el ingreso y egreso de dólares. Reducir la volatilidad del tipo de cambio poniendo reglas de juego para ingreso de capitales especulativos a través de encajes y plazos mínimos de permanencia. Esto es muy importante para evitar que se valla la productividad lograda por el capital y los trabajadores, porque en definitiva, cuando no hay controles al sistema financiero y cambiario, la productividad termina diluyéndose afectando al crecimiento del país y bienestar de los trabajadores que son quienes generaron dicho valor agregado.

Es importante contar con personal capacitado de todos los sectores para determinar cómo se invertirán los recursos poniendo énfasis en la educación ya que es donde se pueden generar las mayores oportunidades para todos los habitantes buscando una mayor igualdad. Una forma de generar mayor igualdad, será proveer a todas las personas las mismas oportunidades educacionales. El Estado debería tener una activa y plena participación del sistema educativo en todas las escalas. Podemos aceptar la existencia de distintos niveles producto de la desigualdad reinante, pero en la educación no debe permitir la existencia del intercambio dinerario.

Resumiendo, son tres pasos fundamentales a seguir. Primero, buscar una mayor igualdad controlando o descomprimiendo la concentración del ingreso y tratando de controlar el flujo de la productividad. En segundo lugar, lograr una inversión eficiente y progresiva tratando de ser lo más igualitario para que esa inversión social que genere mayor o mayores oportunidades y finalmente tomar la educación como la mayor herramienta para empoderar a las personas de su propio destino.

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