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El trágico negocio de transportar cocaína: Camellos, Mulas y muerte

El tráfico de estupefacientes busca nuevas modalidades para pasar la droga, y las primeras víctimas son la que la llevan.

Como toda cadena de valor, la droga también tiene sus intermediarios entre el productor y el consumidor, pero quienes transportan los estupefacientes para cerrar el círculo de la distribución son las primeras víctimas de este negocio que, sin dudas, termina siempre en la muerte.

En ese sentido, "Chiche en Vivo" analizó el trágico negocio de transportar cocaína con el periodista Roberto Menna, el comisario Néstor Roncaglia y Matías Miret, quien piloteó el avión de los hermanos Juliá que llevó una tonelada de droga a España.

¿Cómo se inician las personas que transportan droga?

Roncaglia: "Esta modalidad de traslado se empezó a usar en 1994 y a partir del 2005 tuvo un fuerte incremento. La actividad de ingesta es sumamente peligrosa, porque 24 horas antes ya no comen nada. Los que se entrenan ya se acostumbran a dejar de ingerir alimentos. En el vuelo ni siquiera toman líquidos. Es un negocio, una PyME totalmente ilegal que está globalizada. Nosotros entendemos que hay una mutación de algunos delincuentes comunes que se vuelcan al narcotráfico, porque es una fuente de producción rápida de dinero".

Menna: "Se entrenan con zanahoria para entrenar, y van modificando los tamaños. Se ha encontrado vaselina y otras cosas en diversos allanamientos para facilitar esta operación. Además se pudo comprobar que reclutaban gente en situación de calle. No solo los asistían, sino que además los vestían y los entrenaban para el transporte".

Transporte e ingesta: ¿cómo se lleva la droga?

Roncaglia: "Hoy los transportadores vienen de los países productores de drogas, Bolivia, Perú y Colombia, tanto por tierra como por aire. Muchas cápsulas son para consumo interno, y también se limpian esas capsulas, se las reutilizan y se envían a Europa".

"El camello es el que la traga, y mula el que la lleva. Nosotros en Argentina los llamamos ingestados. Cada cápsula oscila entre 8 y 10 gramos. Se pueden llevar hasta 150 cápsulas, según la contextura física del ingestado".

"Se cubre la cápsula con preservativos, y la ingesta se hace entre 2 y 8 horas antes de acceder al vuelo o en transporte terrestre, y la cápsula dura entre24 y 30 horas, en ese momento los jugos gástricos degradan los materiales y ahí hay riesgo de vida".

"Hoy utilizan cápsulas líquidas, lo que hace es que cuando actúan los rayos no se detectan la consistencia".

¿Cómo se detectan los "camellos"?

Menna: "Los agentes de control trabajan por indicios, tanto por sus conductas, sus ropas. Ante la mínima sospecha, separan a la persona del grupo, y ante la posibilidad que estalle la cápsula, se ponen nerviosos. Se calcula que se detiene a un capsulero por semana en Ezeiza. En la estadística de 2012 y principios de 2013 se capturaron 80 personas con 64 kilos de cocaína".

Roncaglia: "Tenemos un protocolo de actuación, en particular en la Policía de Seguridad Aeroportuaria, donde la prioridad no es el secuestro de drogas, sino la asistencia de la persona, porque tiene riesgo de vida. Es un negocio muy rentable pero existen los riesgos. Hasta hace unos años no existe el body scan, pero hoy lo tiene la PSA. No todos pasan por este procedimiento, pero los sospechados son analizados".

"Antes de embarcar se realiza una entrevista. Cuando una mujer es sospechosa, la hacen pasar por un sistema de rayos, pero puede decir que cree que está embarazada, por lo que no pasa por rayos pero se alerta a las autoridades que está sospechada que puede trasladar drogas. El narcotráfico usa a las personas necesitadas, y son el último eslabón más débil de estas organizaciones".

"Los ingestados cobran de acuerdo a la cantidad de cápsulas que trasladan. En los países productores de droga como Colombia, Bolivia y Perú los hospitales de tratamiento están directamente dentro del aeropuerto".

La historia de Matías Miret

"Estuve 23 meses preso, y nunca supe que se estaba llevando droga. Solo me di cuenta cuando la guardia civil subió a un perro antidroga, que para mí es un procedimiento normal cuando un avión venga de Argentina, porque lo denominan 'caliente'".

"La guardia civil declaró en el juicio que se notó mucho nerviosismo en los pasajeros, y el perro antidroga señaló un sofá cama, y cuando se abrió encontraron la droga en un doble fondo".

"Ellos tenían una empresa aeronáutica, con un modo de vida acorde a su negocio. Según el Ministerio Fiscal español, la carga total que se llevaba estaba valuada en 35 millones de euros".

"En España la pena para muleros y camellos es menor, va de 3 a 5 años, por eso a los 2 años los expulsan. Ya el narcotráfico mayor tiene como pena máxima 25 años".