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El submarino ARA San Juan realizó tareas de Inteligencia ilegal en Malvinas antes de desaparecer

El dato surgió en el marco de la causa que investiga la desaparición del submarino el 15 de noviembre de 2017.

Trascendió que la Armada Argentina (ARA) realizó tareas de inteligencia sobre el Reino Unido. El dato surgió en el marco de la causa que investiga la desaparición del submarino ARA San Juan, el pasado 15 de noviembre de 2017.

La documentación que fue aportada a la causa que instruye la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, está contenida en los Mensaje Navales (MN) que el Comando de Fuerza de Submarinos (COFS), un oficial de inteligencia, le enviaba al submarino durante su última misión.

Esta información podría terminar en un escándalo diplomático, porque la Argentina estaría incumpliendo tratados internacionales. Además, la Marina no puede realizar este tipo de operaciones ya que lo tiene prohibido por la Ley de Inteligencia Nacional N° 25.520, ya que no pertenece al Sistema de Inteligencia Nacional. A menos que la orden provenga de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM), que depende del Ministerio de Defensa, a cargo de Oscar Aguad.

Los mensajes navales de Inteligencia

Los mensajes con sello de "SECRETO" contienen información de las latitudes y longitudes en las cuales estaban posicionados los buques que consideraba de interés, como por ejemplo, los de la marina inglesa que patrullaban la "Zona Malvinas".

El mensaje naval "I 621" fechado el 12 de noviembre de 2017, a las 16:07, es tres días antes de la desaparición del navío. La "I" identifica un mensaje cuyo contenido pertenece el área de "INTELIGENCIA" naval.

Brindó la posición de los buques pesqueros "de interés", aunque estén fuera de la zona económica exclusiva de nuestro país, se le informó al comandante del ARA San Juan, Pedro Martín Fernández que el buque británico HMS Clyde estaba "EN PUERTO ARGENTINO", y que el HMS Protector, se encontraba, o uno presupone que estaba cuando fue producida la operación de inteligencia, en la posición "57 17S 037 40W".

Esto es a 280 km al sur de las Islas Georgias, en una posición que está en la ruta entre las bases británicas de la Antártida y el archipiélago de las Malvinas. Es decir, en una posición por demás alejada de la zona de navegación o de "patrulla" signada al ARA San Juan a través de su orden de operación, como Puerto Argentino.

Ahora que la tragedia que sufrió el submarino argentino sacó a la luz las tareas de la Armada sobre este buque y otros buques ingleses, obliga a recordar una historia reciente, ya acaso olvidada, y en parte, nunca contada.

El HMS Protector es un buque polar destinado todos los años al reabastecimiento de las bases antárticas británicas. Cuando se perdió contacto con el ARA San Juan, fue el primer buque extranjero que llegó a la zona y lideró la búsqueda los primeros días. Estuvo más de un mes afectado a la infructuosa tarea de rescate y búsqueda. A principios de diciembre volvió a Malvinas para reaprovisionarse y cambió de urgencia la tripulación, la cual fue transportada desde la base aérea militar Mount Pleasant de Malvinas a Ezeiza en un avión de transporte A-330 de la Real Fuerza Aérea.

Fue el primer vuelo directo de Malvinas a Ezeiza de un avión militar inglés desde 1982. El motivo de ese vuelo fue embarcar a esa tripulación del Protector en el vuelo diario regular de British Airways a Londres.

El canciller Jorge Faurie otorgó todos los permisos de manera inmediata.

Las otras embarcaciones inglesas -que forman parte del sistema de defensa británico- mencionadas en los cinco documentos secretos a los que accedió Infobae y en la orden de operaciones donde figuran los objetivos en los que debía centrarse el agente de inteligencia Castillo, son el buque patrullero HMS Clyde, que cuenta con capacidad de llevar a bordo un helicóptero y dos lanchas rápidas; el FPV Protegat cuya misión es patrullar, monitorear e inspeccionar la flota pesquera y sus capturas dentro del área de interés de Reino Unido alrededor de las islas Malvinas; el HMS Forth, especialmente construido para combatir la piratería, contrabando, realizar actividades de protección pesquera, patrullaje de fronteras y lucha antiterrorismo, y el ya mencionado buque polar Protector.

La razón por la cual el Comando de la Fuerza de Submarinos le pasaba esas posiciones al ARA San Juan, cuando este era el que debía fotografiar o filmar a la flota inglesa, por ahora no tiene respuesta.

Los documentos a los que accedió Infobae de manera exclusiva confirman que desde la zarpada del ARA San Juan del Puerto de Ushuaia, el 8 de noviembre, hasta el día de su desaparición, el Comando de la Fuerza de Submarinos le transmitió cinco mensajes de "inteligencia" con la posición de los buques logísticos y militares de "interés" que llevan los números I601, I610, I616, I621 e I624.

El último de ellos fue enviado dos días antes de la última comunicación mantenida con el submarino, el 13 de noviembre a las 10:35 de la mañana.

Teniendo en cuenta que el ARA San Juan tenía que comunicarse al menos cada 48 horas, se desprende que existía un gran interés por mantener constantemente alimentado al buque de guerra con información de inteligencia sobre las unidades del sistema de defensa británico.

Aquí nuevamente surge la pregunta: ¿por qué razón?

Quizás para que el agente de inteligencia Enrique Damián Castillo, que era uno de los tripulantes, estuviera atento para corroborar si los buques ingleses seguían en operaciones en esas zonas y "filmarlo/fotografiarlo" según la orden de operaciones.

Lo concreto es que la Armada Argentina, a través de distintas operaciones, intentaba mantener actualizadas las posiciones del sistema defensivo de Reino Unido en un territorio por el cual la Argentina sigue reclamando la soberanía ante los organismos internacionales y la vía diplomática. Como ya publicó Infobae, el suboficial Castillo pertenecía al Centro de Integración de Inteligencia Táctica Atlántico (CIAT). Él era la única persona a bordo del submarino capacitada para identificar a los pesqueros extranjeros, y buques y aviones ingleses que operan en la zona Malvinas.

Castillo fue autorizado a subir al ARA San Juan sin haber recibido las capacitaciones mínimas de seguridad para saber cómo enfrentar una situación de crisis dentro de un submarino.

Esta situación ya fue denunciada ante la jueza Yáñez por la abogada Valeria Carreras, quien representa en la causa a la viuda de Castillo, entre otras mujeres de tripulantes.

Se violó la Ley de Inteligencia

Hasta ahora Infobae había revelado que el comandante del submarino, capitán de fragata Fernández, había recibido antes de zarpar de la Base Naval de Mar del Plata, el 30 de octubre, una "Orden de Operaciones" para "obtener reconocimiento preciso" y "localización, identificación, registro fotográfico/fílmico" sobre "AERONAVES RAF 130 Y AERONAVES DE GOBERNACIÓN MALVINAS" (estas son aeronaves de guerra y de logística de la Real Fuerza Aérea), y los buques ingleses ya mencionados. Que como surgen de los mismos partes de la "inteligencia operacional" que realizó la marina argentina, los buques británicos estaban siempre muy lejos fuera de la jurisdicción nacional; sin embargo la orden de operaciones era registrarlos y cursar la información de sus posiciones.

Durante esta tarea, y según el Informe de Operaciones realizado por el comandante Fernández en la anterior navegación, fue cuando el ARA San Juan detectó el "rumor sonar" compatible con un submarino nuclear.

El ministro Aguad sostiene que esto no es así, aunque el comandante Fernández lo dejó por escrito y firmado el 14 de agosto de 2017. Esto es 91 días antes de perderse junto a su tripulación y su buque.

Internacionalmente, las tareas encomendadas al submarino, un buque de guerra, sobre los objetivos ingleses, son consideradas de "inteligencia". Lo mismo ocurre con la información que recopiló la Armada y que envió al ARA San Juan y que por tratados internacionales firmados por nuestro país después de la guerra del Atlántico Sur tiene prohibido realizar. Si el agente de inteligencia de la marina, Enrique Damián Castillo, que en número de orden era el tripulante 44, llegó a realizar o no esas tareas, hasta ahora se desconoce.

Para el ministro de Defensa, Oscar Aguad, en cambio, la tarea de filmar a la flota del Reino Unido en Malvinas, o patrullando las aguas que Argentina reclama como propias, pero que a través del Tratado de Madrid firmado entre nuestro país y Reino Unido en 1990, nuestro país reconoce que están bajo control de Reino Unido, es algo rutinario. Lo dijo así: "No había ninguna orden de espiar a nadie. La orden de operación era de rastrillaje, observación y avistaje de la zona. La categoría es la de observación".

Sin embargo, estas tareas le están prohibidas a la Armada Argentina -como también al Ejército y a la Fuerza Aérea- por el artículo 11 de la Ley de Inteligencia Nacional N° 25.520, ya que la Marina no es uno de los tres organismos pertenecientes al Sistema de Inteligencia Nacional, según lo dispuesto en el artículo 6 de la mencionada ley que establece que solo lo son la Secretaría de Inteligencia (actual AFI); que depende directamente del Poder Ejecutivo de la Nación; la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal; que reporta al Ministerio de Seguridad; y la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM) -que depende del ministerio de Defensa- y que está a cargo de la abogada cordobesa María Noel Costa.

Por consiguiente, la orden para realizar una misión de inteligencia operacional como la que realizaba el submarino desaparecido, o la propia Armada a través de otros recursos de inteligencia, debería haber estado autorizada por el poder político, en este caso, por la titular de la DNIEM, que le responde de manera directa al ministro Oscar Aguad.

Como se verá, inclusive de haberse hecho así, la Argentina, no puede hacerlo, como el Reino Unido tampoco debería hacerlo por el tratado firmado por ambos países.

Fuente: Infobae