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El peligro de los descampados y la aparición de cuerpos

El caso de Araceli Ramos volvió a poner en el tapete la peligrosidad de los grandes predios cuasi abandonados que existen no sólo en el Gran Buenos Aires, sino también en la Capital Federal.

Araceli Ramos apareció en el cruce de la avenida Crovara y la General Paz, en La Matanza. El lugar, más allá de tener varias garitas de seguridad a su alrededor y de pertenecer a la ex Jabón Federal, sirvió casi como "aguantadero" para que el asesino de la joven se deshaga del cuerpo y lo tire sin que nadie lo vea. 

Las quejas de los vecinos de estos lugares suelen escucharse cuando pasan este tipo de casos. Son zonas "de nadie" donde los grandes pastizales sólo ayudan a que los criminales puedan dejar sus víctimas, y ninguna persona llegue a sospechar ni a detectar ningún movimiento extraño.

Sucede mucho más aún cuando es de noche. La oscuridad es casi una cómplice de estos asesinos y de sus actos.

La coartada es similar en muchos casos policiales. Sólo se trata de conocer los horarios donde hay poca gente en su alrededor, y llevar el cuerpo. Por supuesto, se olvidan de "cuidar" ciertas piezas claves que después lo terminan incriminando, como en este caso que el supuesto asesino, Walter Vinader, se trasladó al descampado en un remis, y fue el testimonio del conductor el que generó el rastrillaje policial por el cual terminaron encontrando el cuerpo de la adolescente.

La queja de los vecinos de estos lugares es constante, pero pareciera que sólo se los escucha cuando sucede algo. Los descampados se convierten en el lugar ideal para violaciones, robos, escondites de criminales, y ocultamiento de cuerpos.

Espacios que a simple vista parecen inofensivos, terminan siendo los lugares más peligrosos de la Capital y el conurbano. Y la pregunta de siempre, si todos lo sabemos, ¿no es un dato que la policía tenga como para prevenir que estos hechos sucedan?