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El nuevo chef de la Casa Rosada: revelaciones sobre la cocina presidencial y mejores tratos

DiarioVeloz se comunicó con el jefe de la cocina y brindó detalles sobre el día a día culinario en la casa de gobierno.

Dante Liporace se encarga de todo lo que tiene que ver con la comida en la Casa Rosada. El chef y sus quince compañeros conforman el equipo que sacia el estómago de las 800 personas que trabajan en la residencia del gobierno nacional.

"En cuanto a la comida, los que trabajan en Casa Rosada se dividen en dos grupos. Por un lado los funcionarios, secretarios y el presidente comen un menú estilo carta que vale a partir 150 pesos. Por otro, los empleados de planta tienen un menú subsidiado que les sale 25", explicó Liporace a DiarioVeloz.

Pollos, carnes, estofados, milanesas y pastas constituyen los menús principales, acompañados de ensaladas y distintos tipos de purés, muy lejos de las excentricidades que puedan a llegar tener altos funcionarios del oficialismo. "Bajaron una línea de la Secretaría de la Presidencia", comentó.

Encargado de cocinarle al presidente, Mauricio Macri, Liporace revela los principales gustos del jefe de Estado. "El presidente Macri pide comidas muy sanas. Habitualmente pide ensaladas o sopas livianas. Algunos días come carne con puré de calabaza. A veces rompe la dieta y pide risotto, pero de vez en cuando. Para tomar, siempre coca cola light", confesó.

Si bien entró a la cocina de la Casa Rosada a comienzos de año, el chef valora mucho el respeto por parte de los funcionarios de Cambiemos y dice que es mucho mejor que el trato que recibían sus compañeros por parte del kirchnerismo, confirmando los dichos de otros empleados.

"El trato por parte del presidente y los funcionarios es de muchísimo respeto. Se portan muy bien con nosotros, en especial con los mozos, que son los que tienen más contacto con ellos en el día a día. A comparación del gobierno anterior, el trato es mucho mejor. Y eso lo pueden decir los cincuenta mozos, que son los que tienen mayor contacto con ellos", detalló.

Pero no toda su estancia en la Rosada fue de color de rosa. "Cuando llegamos en enero la cocina era un desastre. Si bien el espacio era grande y cómodo, estaban todas las máquinas rotas y estaba lleno de cucarachas, por todos lados. Fue una guerra combatirlas", señaló.

Liporace, indignado con la situación insalubre, explicó que se tomó un mes para poner su lugar de trabajo en condiciones. "Durante ese lapso los empleados tuvieron que llevar su propio almuerzo. No se podía cocinar con tantas cucarachas", justificó.