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El dolor desde adentro: el impactante relato de una argentina que estuvo en el atentado de Estambul

Candela Glikin llegó al aeropuerto Atatürk apenas media hora antes de desatarse la desgracia, y vio todo el horror en vivo.

El horror se desató el martes en el aeropuerto Atatürk de Estambul, Turquía, cuando tres personas abrieron fuego contra el personal de seguridad del estacionamiento y luego se inmolaron, provocando la muerte de 36 personas, además de las más de 140 que resultaron heridas.

Apenas horas después de conocidos los sucesos, el consulado argentino en Estambul informó que había argentinos en el aeropuerto, pero que ninguno había resultado herido. Candela Glikin fue una de ellas, llegó apenas media hora antes de los atentados y presenció el horror en primera persona. Turquía era apenas una escala para llegar a Dinamarca, su destino final.

Apenas bajó del avión, vio una avalancha de gente que se acercaba corriendo hasta ella. El pánico la invadió. "Teníamos una espera de ocho horas en Estambul, pero íbamos a ir a un hotel porque Turkish Airlines te lo provee cuando comprás el pasaje. Cuando vimos que se nos acercaba toda esa gente, comenzamos a correr y terminamos todos en la manga de un avión. Había nenes llorando, gente mayor desesperada y en el medio nosotros que no entendíamos nada de lo que pasaba ni de lo que decían. Sí pudimos entender la palabra bomba", relató en diálogo con Radio Latina.

Algunas horas después del horror pudo volver al aeropuerto para volar Copenhagüe, junto a su novio. "Tuvieron que pasar horas hasta que conseguimos tranquilizarnos y que la situación se normalice. Tardamos horas para ingresar al país y que nos sellaran los documentos".

A medida que las cosas se aquietaban, los 33 argentinos presentes en el aeropuerto se reunieron en un rincón y se contactaron con una funcionaria del consulado, Graciela Ratto, quien se ocupó de la situación. "Fuimos al consulado para comunicarnos con nuestras familias, para tranquilizarnos. Después fuimos para el hotel. El aeropuerto es gigante y a la salida vimos mucha sangre, estaba todo roto, lleno de vallas. Lo que más me impactó fue la sangre en el piso. La cantidad de gente corriendo. No escuchamos nada, solo gritos. Me la pasé llorando toda la noche, fue terrible", contó Candela.