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El Día La única respuesta para quienes se quedan sin agua es que vuelva el servicio

Vecinos de Tolosa protestaron en estas jornadas por encontrarse sin suministro de agua domiciliaria desde hace más de diez días, planteándose así para ellos el verdadero suplicio que significa no contar con ese servicio durante un tiempo tan prolongado.

La situación que afecta fundamentalmente a frentistas de 524 entre 27 y 31 se tradujo en la realización de reuniones vecinales en las que reclamaron a favor de la realización de obras en las redes que garanticen una provisión confiable.

En la nota publicada en este diario, los testimonios acerca de los trastornos que atraviesan resultaron elocuentes, aunque merecen particular consideración los que aluden a problemas de índole sanitario, en un cuadro que se ve agravado por la presencia de basura en varias de las esquinas de ese barrio. Lo cierto es que, año tras año, pero fundamentalmente cuando comienzan los días calurosos, propios de temporada veraniega, muchos vecinos de nuestra ciudad y de localidades de la periferia comienzan a padecer las penurias derivadas de un suministro de agua anormal, con baja presión, cuando no inexistente, al punto de que las canillas de sus viviendas permanecen secas durante muchas jornadas.

Por lo pronto, habría que señalar que el calor no puede utilizarse como una excusa para explicar la defección en el servicio de agua corriente. A su vez, como se dijo, esta situación, muy afligente por cierto, no se presenta tan sólo en la zona norte de nuestra ciudad sino que es común a la mayoría de los lugares del distrito, registrándose también en Ensenada y Berisso.
En años anteriores, las quejas por falta de agua o de presión suficiente fueron planteadas en la mayoría de los barrios y localidades cercanas, en lo que resulta ser, como se ha dicho, una constante demostrativa de las carencias estructurales que afectan a la extracción y distribución del agua. Este panorama no deja de resultar paradójico, toda vez que ocurre a orillas de uno de los mayores reservorios de agua dulce en el planeta.

Frente a la explicación ofrecida desde hace mucho, en el sentido de que la falla obedece al crecimiento del consumo, se ha dicho en forma reiterada que las jornadas de calor, propias de cada verano, se presentan normalmente de acuerdo al ciclo natural de las estaciones y que, por consiguiente, es razonable señalar que las empresas debieran haber adoptado desde hace tiempo las medidas estructurales que, a todas luces, hacen falta para absorber las oscilaciones de la demanda.

Tampoco es lógico que se intente explicar a los vecinos que la culpa de las fallas del suministro de agua obedecen a los problemas de otro servicio, en este caso a los cortes de energía eléctrica. La única respuesta aceptable -es decir, la única solución- que merecen los vecinos es que se les brinde, de una vez por todas, un suministro confiable, suficiente y sin interrupciones.