El desgarrador testimonio de la mamá de Cecilia Strzyzowski a horas del inicio del juicio contra el clan Sena

A Gloria Romero todavía se le quiebra la voz al hablar de su hija. Cada recuerdo, cada palabra, la sacude. Vive lejos de Chaco, bajo custodia permanente, intentando sostenerse mientras se acerca el martes, el día en que comenzará el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski.

Los principales acusados, por homicidio doblemente agravado, son César Sena y sus padres, Marcela Acuña y Emerenciano Sena. Otras cuatro personas llegarán al debate acusadas de encubrimiento agravado.

“Si tuviera al jurado enfrente, les diría que miren a sus hijos y piensen lo que cuesta criarlos. Que imaginen que alguien venga y no te deje nada, ni siquiera una respuesta. ¿Qué harían en mi lugar?”, dijo Gloria en una entrevista exclusiva con TN.

Gloria contó que el último Día de la Madre fue el más doloroso de su vida. “Dicen que el tiempo todo lo borra, pero no. El tiempo lo empeora. Cada año que pasa me doy cuenta de que Cecilia nunca va a volver, que nunca la voy a volver a abrazar”.

Entre lágrimas, recordó una de las charlas más íntimas que compartían: “Ceci me decía que si yo me moría, me iba a poner en una urna arriba de la mesita de luz para seguir chusmeando. Y ni eso me dejaron. Lo único que tengo de ella es un mechón de pelo”.

“No me quitaron solo a mi hija, me quitaron la posibilidad de ver a mi nieto. César no mostró arrepentimiento. Era su mujer, estaba embarazada, y ni eso lo conmovió. Al contrario, se pone en lugar de víctima”, sostuvo.

Gloria todavía se pregunta por qué lo hicieron. “Me repito una y otra vez la última vez que lo vi a César, cuando me dejó la perrita y los diez mil pesos para el veterinario. Me dijo ‘por Ceci, la vida’. Y después me la mató”.

Recordó también la manipulación que su hija sufrió durante la relación. “La chantajeaba con el suicidio. Cecilia era muy protectora. Una vez se tiró adelante de un colectivo para salvar a un perro. Imaginate lo que haría por alguien que ama. Este hijo de puta mató a la persona que más lo quiso. Era una mujer buena, soñadora, solidaria.”

El hallazgo de la campera quemada sigue siendo un golpe al alma. “Nunca me voy a olvidar de ese trozo de tela. Fue el último abrazo de mi hija, el último olor. Me quitaron todo”.

A dos años del crimen, el inicio del juicio le genera sentimientos encontrados. “Por un lado, me da un poco de paz, pero también incertidumbre. Espero que el jurado sea humano, que se ponga en el lugar de una madre a la que le quitaron hasta el derecho de enterrar a su hija. Porque acá no solo la mataron: la pulverizaron. Yo no tengo ni siquiera el cuerpo de mi hija.”

Con bronca e impotencia, añadió: “No vi ni una pizca de arrepentimiento. Se hacen las víctimas y hablan de persecución política. Están haciendo política desde la cárcel. No hay remordimiento, no hay dolor”.

Y cerró con un pedido: “No quiero que otra mamá pase por el infierno que yo viví. Podés sentir empatía, pero nunca vas a entender lo que siento. No hay paz, no hay descanso. Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre... todo tiene un vacío que no se llena más”.

Desde chica, Cecilia amaba bailar, actuar y cuidar animales. “Siempre me decía que cuando tuviera plata iba a poner un refugio”, recordó su madre. También soñaba con llegar a la televisión.

Su embarazo fue muy deseado. “Me costó mucho quedar embarazada. Cuando nació, la abracé tan fuerte que no quería que se la lleven a la incubadora. Y este hijo de puta me la arrancó”, dijo entre sollozos.

En enero de 2022, Cecilia conoció a César Sena por Tinder. Él le mintió diciendo que era arquitecto y tenía 27 años, cuando en realidad era docente y tenía 20. En septiembre del mismo año se casaron y planearon una vida juntos.

Ella trabajaba en el Centro de Salud del Barrio Emerenciano, pero la suegra no la quería allí. Terminó haciendo tareas administrativas desde su casa. Luego abrieron una pequeña cafetería, “Gato Negro”, que cerró a los pocos meses. En ese momento, Cecilia estaba embarazada.

Poco después, César la convenció de mudarse al sur con falsas promesas laborales. El viaje, que parecía el comienzo de una nueva vida, terminó en tragedia.

El 1° de junio de 2023, Cecilia y César pasaron la noche juntos en un hotel de Resistencia. A la mañana siguiente fueron captados por cámaras llegando a la casa de los Sena. Ella bajó con una valija. Nunca más se la volvió a ver.

La Justicia sostiene que fue golpeada y estrangulada dentro de esa vivienda, y que luego intentaron hacer desaparecer el cuerpo quemándolo en una chanchería de la familia.

El cuerpo nunca fue hallado, pero las pruebas —ropa y pertenencias quemadas, manchas de sangre en muebles y el anillo de compromiso calcinado— resultaron concluyentes.

El martes comenzará en el Centro de Estudios Judiciales de Resistencia el juicio por jurados más esperado de los últimos años en Chaco. Serán 17 audiencias.

El principal acusado es César Mario Alejandro Sena, imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en contexto de violencia de género. Sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, también serán juzgados como partícipes primarios.

Otros cuatro imputados —Fabiana González, José Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso— están acusados de encubrimiento agravado.

El juicio será transmitido en vivo por el canal de YouTube del Poder Judicial del Chaco. Las audiencias se extenderán hasta el 20 de noviembre.

Gloria Romero, quien representará la voz de su hija, lo resume con crudeza: “A mí la Justicia no me va a devolver a mi hija. Pero necesito que al menos la piensen como una persona, no como una bolsa de basura.”