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Efecto Cabandié: la Gendarmería se niega a hacer controles en las rutas

Al nieto que se "bancó la dictadura" le quedan en el oficialismo pocos amigos. Pero algo de su tontería nos incumbe a todos.

En el oficialismo sacan número para pegarle. Ya había bronca con Juan Cabandié desde hace tiempo.  Algún resorte le debe estar fallando para creer en serio que un nieto recuperado tiene más derecho que cualquier otro ciudadano.  Si ya ni Máximo Kirchner ni el jefe de "La Cámpora" -el cuervo Larroque"-  lo toleraban antes de las elecciones, pero lo dejaron igual suponiendo que su figura atraía votantes (Filmus renegó de compartir boleta con Cabandié, pero su opinión pesa como el humo en la maquinaria kirchnerista, o sea, nada), tras la derrota del domingo es casi una persona no grata en el paladar rosa oficialista.

Juan Cabandié es como el capitán del Costa Concordia, el barco italiano que encalló hace un año en Italia culpa de un descuido de su capitán (sexo con su amante, polizona de lujo) en una maniobra de rutina frente a la Isla de Giglio, no en el medio del océano. O sea,  algo totalmente previsible desembocó en una tragedia marítima, y para colmo el mismo capitán se dio a la fuga mientras los pasajeros se morían ahogados.

Igual Juan Cabandié.  Una estupidez de alta gama como la que protagonizó en un control de rutina provocó parte del naufragio electoral, aunque casi a las trompadas le hicieron disculpare cuando ya el agua llegaba al cuello.

Es cierto que el problema es para el kirchnerismo, pero no tanto, porque las consecuencias se empezaron a ver ahora.

La Gendarmería decidió hacer una especie de huelga de brazos caídos, o sea, siguen estando en los controles camineros pero ya no piden documentación a los conductores,  ni realizan controles de alcoholemia ni prestan colaboración con el resto de las fuerzas de seguridad.

Quedaron consternados después del incidente con Juan Cabandié cuando ni el Ministro de Defensa ni otro integrante del Poder Ejecutivo les dio la derecha en público porque ellos cumplían sus funciones cuando se toparon con el "tonto y re tonto" de Juancito. Salvo Sergio Berni,  quien tuvo unas palabras de apoyo con los jefes de la Gendarmería (transmitidas telefónicamente pero se negó a hacerlo en público), el silencio de radio del resto del gobierno y la manipulación de la prensa kirchnerista contra los gendarmes tratándolos de coimero como para dejar bien parado a Cabandié, fueron las gotas que rebalsaron el vaso.

Los Gendarmes no tienen aún su sindicato pero a falta de ello su método de transmisión de mensajes mediante el "boca a boca" sigue siendo tan efectivo como siempre.  Antonio Rossi el Ministro de Defensa estaba metido en la interna electoral rosarina,  y nadie le avisó que a partir de este lunes,  la Gendarmería comenzó una huelga de brazos caídos sin fecha de vencimiento.

Nadie en la población tiene porqué saber cuál es la mentalidad de un Gendarme, pero al menos un ministro de Defensa debiera conocerlo y no dejar que la sangre llegue al río. La respuesta fue casi en las siguientes palabras: ¿Así que nosotros somos coimeros y la persona decente es Cabandié? Entonces que vaya "La Cámpora a hacer los controles en las rutas.  Nos viven ninguneando y ya no lo toleramos".

Salvo Berni que la veía venir, el resto del gabinete estaba mirando otro canal.

Cuando decimos que hay que conocer la genética de la Gendarmería, estamos diciendo que es una fuerza mucho más limpia de antecedentes delictivos que cualquier otra. Hay muy pocos ejemplos de  connivencia con el narcotráfico, y eso que ellos controlan las fronteras.

La Gendarmería casi no estuvo involucrada en la represión de los 70.

La tropa está compuesta por hombres que conocen la rudeza en que tienen que vivir los efectivos de esa fuerza.  Hace poco se conoció unas escenas de los Gendarmes convocados a patrullar el suburbano, hombres hacinados en galpones durmiendo vestidos sobre el suelo. Un jefe de Gendarmería le dijo a DiarioVeloz entonces: "Nosotros estamos acostumbrados a vivir y dormir en esas condiciones. En las zonas de frontera no hay countries. Se duerme tirado en el suelo, vestido y siempre alerta por las dudas".

El hombre se quejaba que no les dieran condiciones más confortables, pero reconocía que los gendarmes son hombres que provienen de lugares donde las condiciones de vida son duras. Si no se enoja el INADI, te decimos que es difícil encontrar en esa fuerza algún rubio de ojos azules. ¿Por qué? Sencillo,  los hombres y mujeres que se alistan en la Gendarmería provienen de zonas donde habitan los verdaderos herederos de lo que se llama pueblos originarios, aunque a ellos les gusta denominarse nativos. Ahí no hay mezcla de razas ni colonias de inmigrantes  "blancos",  son negrazos, buena gente y personas a las que no es fácil comprarlos con un pedazo de plata.

Estadísticamente, entre todas las fuerzas de seguridad, la Gendarmería es la que tiene menos antecedentes de vínculos criminales. Por algo la DEA -la agencia antidrogas norteamericana- prefiere siempre trabajar operativos con personal de Gendarmería antes que cualquier otra fuerza. Pensar que uno de los luchadores históricos  de "Titanes en el Ring" -Tenembaum de Israel-  trabajó toda su vida en la base Argentina de la DEA y su trato permanente era con gendarmes, porque ahí no existía el anti semitismo como si en otros lugares.

En síntesis, por culpa de un bobito de alta gama como Juan Cabandié hoy nadie controla los vehículos en la ruta. El fracaso electoral porteño es problema del oficialismo, la seguridad en las rutas nos concierne a todos.

¿Si el Ministro de Defensa va a pedirle disculpas públicamente a la institución Gendarmería por el episodio del nieto recuperado y las acusaciones del periodismo k. por haber tratado de coimero a un soldado que cumplía su misión?

No jodas, ¿nadie te dijo que los Reyes Magos son los padres?