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Drogas, sexo y sectas: denuncian a un chamán por violar a tres chicas en un ritual de ayahuasca

Las jóvenes quisieron participar del ritual místico, pero no todo salió como esperaban. El líder de la ceremonia sigue libre.

Un horror se vivió en el Delta, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Es que un encuentro sectario que tenía como objeto una conexión natural a través de alucinógenos conducida por un chamán terminó en violación y abusos sexuales en 2014. Y el culpable, pese a estar identificado, sigue libre.

Todo comenzó galerista de arte llamado Ignacio Liprandi convocó en ese año a un encuentro exótico con un chamán en el que se ensayarían "contactos con la naturaleza" a través de la bebida de un té de ayahuasca en compañía de un chamán aborigen.

"Hola amigos lindos, el sábado 11 de enero compartiremos un nuevo fin de semana con la Madrecita -un eufemismo para referirse a la ayahuasca- en el Delta, esta vez junto a Plácido Rodríguez Castro, chamán shipibo del Amazonas peruano a quien conociera en su tierra en julio pasado", les escribió Liprandi en un correo en cadena a unos pocos.

Los concurrentes, jóvenes bohemios de clase media-alta con pretensiones artísticas, pagaron 750 pesos por el ingreso, que incluía almuerzo y las drogas a consumir en el evento sectario que guiaría el chamán Plácido Rodríguez Castro.

En la casa del Delta de Liprandi, con los jóvenes reunidos en ronda, Rodríguez Castro comenzó a llamarlos uno por uno para comenzar el rito. Se suponía que sería algo sagrado, una experiencia sanadora, con la ayahuasca como combustible espiritual. Pero en el transcurso de la noche, tres chicas fueron abusadas sexualmente, al menos una con penetración forzada.

Luego del incidente, ninguna de las chicas realizó la denuncia penal. "Ahí me empezó a soplar humo en la vagina, me hizo abrir, me miró intensamente. Me abrazó. Fue muy incómodo. Ahí todo empezó a ser raro. Yo pensé: 'Es un médico, me va a ayudar'", dijo una de las chicas a Infobae.

Y añadió: "Vimos a una chica que había llegado después, ella estaba mal. Le preguntamos si el chamán la había violado. Nos dijo que sí, que la penetró."

Por su parte, dos años después del suceso, Liprandi se despegó al responsabilizar exclusivamente al chamán y alegó que el consumo de ayahuasca no estaba penado en 2014, si bien ya es considerado una droga ilegal.

"El abuso de tres mujeres a manos de este energúmeno, con quien me equivocara groseramente al considerarlo un chamán, Plácido Rodríguez Castro, al que conocí dietando con su hermano en la localidad shipiba de San Francisco, Perú, en julio del 2013 me parece desde todo punto de vista condenable, y ya me he ocupado de alertar en su comunidad para evitar que esto se repita", afirmó.

Pese a las acusaciones y al conocimiento de su identidad, el chamán sigue libre al igual que Liprandi. "Quiero que esto trascienda porque la próxima puede morirse alguien", dijo otra damnificada.