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Detrás de cada machista se esconde un asesino

El doble femicidio de Córdoba es muy grave porque muestra las consecuencias del negacionismo de la violencia de género y el desmantelamiento de políticas públicas de protección a las víctimas. Lo que aún es más grave es el efecto de la ideología de odio contra las mujeres.


Los asesinatos de Luna Giardina y Mariel Zamudio son una señal de alerta; la misoginia y reivindicación de la violencia contra las mujeres, otra vez, cuesta vidas. El asesino es Pablo Rodríguez Laurta, que luego de ultimar a su expareja y la madre de esta, secuestró a su hijo con intención de afincarse en Uruguay. El violento sujeto, oh casualidad, fue uno de los creadores de “VARONES UNIDOS”, una comunidad digital virulenta y machista que defiende los derechos de los hombres y cuestiona las políticas de género. Pablo Rodríguez Laurta, uruguayo, de 39 años, formaba parte de la agrupación “Varones Unidos”. Está detenido e imputado por el asesinato.

El prevenible y cantado crimen se produjo el 11 de octubre. El padre secuestró al niño y se lo llevó en remís. El chico lloraba durante el viaje y pedía a gritos por su mamá, mientras vomitaba y tenía un preocupante color amarillo. Incluso después del asesinato, Laurta le contaba que ella “le cagó la vida”.

El 9 de octubre, dos días antes del asesinato, contrató a un chofer, Martín Palacio, de 49 años, al que ya conocía de otro viaje; le robó el auto y lo asesinó. El vehículo apareció quemado. El asesino fue detenido en Gualeguaychú, el domingo 12 de octubre, en el hotel “Berlín”. Había pedido cotizaciones a varias agencias de remises para llegar a Puerto Yeruá y, desde ahí, iba a intentar cruzar en lancha a Uruguay. El llamado fue lo que permitió encontrarlo. Estuvo muy cerca de trasladar al nene, que la Justicia de Córdoba se había pronunciado: debía vivir con su mamá, en Argentina. Al ser detenido, el asesino tenía un arma y cinco celulares, a los que les cambiaba el chip para no ser detectado. Este sujeto es el ejemplo de una verdadera y metódica mente criminal.

La mamá del nene lo denunció en 2023. Un año más tarde, él fue detenido y estuvo preso durante un mes por violar la orden de restricción para que no se le acercara. El hombre estuvo escondido tres días debajo del tanque de agua de la casa de ella para espiarla y encontrar el mejor momento para ultimar a las mujeres y secuestrar al nene. No las cuidaron. El impedimento de contacto vencía el 10 de octubre. Mucha burocracia, justicia lenta o poco compromiso de esta; todo esto es nada para proteger la vida de las mujeres que están en riesgo. Lo saben, le advierten al juez y son ignoradas y desamparadas.

Cruzó la frontera de Argentina ilegalmente el 7 de octubre, sin ningún tipo de dificultad, en canoa. ¿Prefectura y migraciones? Bien, gracias; no fue detectado y no había alerta que protegiera a las víctimas.

Pudo abordar un micro sin ningún problema. Sin antecedentes, le permitía viajar por el país. Fue a Concordia, en Entre Ríos. Contrató un auto, con Palacio como chofer, para ir hasta Rafaela, en Santa Fe.

Las cámaras de seguridad muestran al asesino Laurta al volante a partir de ahí. El cuerpo del chofer del auto apareció sin la cabeza ni los brazos, envuelto en una bolsa de basura. El auto incendiado en las afueras de Córdoba.

La exmujer tenía botón antipánico que no pudo activar. No funcionó. La seguridad de Argentina no funciona, ni siquiera en un caso de alto riesgo. La mujer había contado en la justicia que: “Desde que comenzamos la relación me manipulaba y me obligaba a hacer cosas que yo no quería, como tener relaciones sexuales cuando yo no quería, ir a Uruguay cuando yo no quería, no me dejaba tener redes sociales, no me dejaba tener celular y no me dejaba trabajar”. Se había advertido en la justicia que el hombre era un violento.

El contexto político de Argentina facilita que se multipliquen los violentos, que se autoperciben víctimas de la justicia feminista. El gobierno actual eliminó todas las políticas de protección a las víctimas de violencia de género. Se publicitó como anuncios importantes el logro de terminar con “el curro de la violencia de género”.

La desprotección es muy grave, y es una sutil invitación a matar.

El gobierno pretende avanzar con un proyecto de endurecimiento de las penas a las supuestas denuncias falsas. Estos anuncios buscan intimidar a las víctimas para que no denuncien por temor a las represalias judiciales, penales, económicas y sociales por pedir ayuda frente a la violencia o los abusos sexuales.

“Varones Unidos” es una agrupación uruguaya que niega la violencia de género, se victimiza de las supuestas falsas denuncias y confronta con el reclamo de derechos de los feminismos. Es una organización surgida de la llamada “batalla cultural”.

Oh, casualidad: al asesino se lo ve en un acto organizado para que hablaran Agustín Laje y Nicolás Márquez, dos de los ideólogos de la apología contra los feminismos. Laje, muy pícaro y oportuno por cierto, alegó a raíz de este caso que lo invitan a muchas charlas y que siempre condena la violencia contra las mujeres.

Después de semejante descripción de un horrible e injustificado crimen, y al ver al nene sentado quietito, mirando cuando detuvieron al Papa, quien había matado a su mamá y abuela, me surgieron ganas de abrazarlo contra mi pecho y decirle: “MI POBRE ANGELITO, está todo bien, YO TE CUIDO…”

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