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Desaparición de Susana Cáceres: encontraron rastros y ahora la buscan con vida

La Policía investiga una mancha sospechosa en una zapatilla del excuñado de la mujer desaparecida y la evidencia hallada en un vestuario junto a una cancha de fútbol.

Perros adiestrados de la Policía bonaerense encontraron anoche rastros que podrían pertenecer a Susana Cáceres, la mujer de 42 años que fue vista por última vez la madrugada del miércoles 9 de noviembre en el partido bonaerense de Moreno, en un vestuario ubicado junto a una cancha de fútbol, a unas siete cuadras de su casa.

La fiscal del caso, Luisa Pontecorvo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Moreno, había ordenado rastrillar esa zona tras la declaración de tres testigos, que aseguraron haberla visto deambular por ese predio cinco días después de que sus familiares la vieran por última vez.

Así fue cómo llegaron al lugar los perros adiestrados que buscan personas vivas y, en medio del operativo, marcaron la cancha de fútbol ubicada sobre la calle José Hernández de la localidad de Villa Trujui.

Este tipo de animales, según precisaron fuentes policiales, están capacitados para detectar rastros odoríficos de una persona viva hasta 48 horas después de haber estado en un lugar determinado.

En este caso, los perros se detuvieron en el lugar y los efectivos encontraron rastros de la mujer en el interior de un vestuario precario perteneciente al predio, por lo que los investigadores creen que Cáceres durmió allí entre el lunes y el martes de esta semana.

A raíz de ello, la fiscal Pontecorvo ordenó la presencia de los peritos de la Policía Científica, quienes esta noche se encontraban en el lugar recolectando pruebas. “La estamos buscando con vida”, dijo a Télam una fuente cercana a la investigación.

 

Una mancha sospechosa y los antecedentes del exnovio

Mientras tanto, la fiscal espera que le indiquen si una mancha roja encontrada en una zapatilla secuestrada en una camioneta Renault que pertenece al hermano de la expareja de Cáceres es o no una marca de sangre. También aguarda que se empiecen a analizar los teléfonos celulares secuestrados a esos dos hombres.

Por último, contaron que las huellas halladas en esa misma camioneta pertenecen al dueño y no se detectaron rastros de la mujer.

Sobre la expareja de Cáceres, Alejandro Alberto Peralta, detenido por portar una pistola calibre .45 con la numeración limada -pero no por la desaparición de Susana-, los investigadores precisaron que se negó a declarar ante el fiscal Federico Soñora, que lleva la causa por tenencia ilegal de arma de guerra.

En las últimas horas, ese fiscal pidió convertir la aprehensión de Peralta en detención, ya que tiene un antecedente por robo agravado.

Cáceres, de tez trigueña, cabello largo color rubio, de 1,50 metros de altura y con tatuajes en ambos brazos, una pierna y una mano, salió de su casa de la localidad de Villa Trujui el martes 8 pasado, cerca de las 16, y dejó a la menor de sus hijas, una beba de un año y medio, al cuidado de su madre.

“Ahí vengo má”, le dijo a la mujer antes de ir a pagar una deuda con el dinero de unos electrodomésticos que había vendido la semana anterior. Nunca regresó.

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