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Debate obligatorio ¿Sí o no?

En 2016 se sancionó la ley 27.337 de Debate Presidencial Obligatorio que aplica castigos a los inasistentes y esta es la primera vez que se aplica.

Después de 2 debates presidenciales (13 y 20 de octubre), ¿qué nos dejaron esas exposiciones? Creo que la mejor parte fue juntarse a verlo cual pelea de boxeo de medianoche y comentar todo lo que iba sucediendo en redes sociales. Nicolás del Caño, por ejemplo, dio de qué hablar con su minuto de silencio por la crisis en Ecuador y su manifestación a favor del aborto con el puño en alto. Gómez Centurión fue blanco de numerosos memes al no poder terminar ninguna categoría a tiempo, aunque le agradezco el dato de los caramelos de misoprostol, la verdad que no tenía ni idea. A Alberto Fernández, para muchos el ganador (no estoy de acuerdo con que haya habido ganadores y perdedores), se lo vio tranquilo, asertivo y coherente a pesar de tener que haber debatido con una “coalición antiperonista” que concentró su discurso en hostigarlo a él y a la gestión kirchnerista.

Ahora bien, ¿sirve el debate? Partiendo de la base de que no es un debate propiamente dicho sino una exposición de plataformas electorales y que es importante darlas a conocer, aunque, en mi humilde opinión, debería ser en otro contexto. Mauricio Macri repitió el modus operandi de 2015 con chicanas muy berretas (“parecés un panelista de 678”) y mendacidad descarada (“mentís, Daniel, no vamos a devaluar”). Esta vez osó hablar de la pobreza que él mismo generó y prometió que cuando sea presidente los créditos UVA se van a ajustar por salario y no por inflación, ya que el presidente actual lo que hizo fue lisa y llanamente una estafa. Además se mostró federalista (¡el rosista menos pensado!) y muy preocupado por la corrupción, aunque para hablar de causas y partícipes es bastante selectivo.

En mi entorno coincidimos en lo tedioso de estos debates y sobre todo en lo superfluo de su obligatoriedad. ¿Cuánta gente realmente cambiará su voto por escuchar promesas que quedan en la nada y alguna que otra chicana? Yo creo, más bien, que en esta ocasión el voto quedó, el pasado 11 de agosto, y quedará este domingo 27 definido por estos cuatro años de horror macrista: no necesitamos de este circo para decidir ponerle un freno a estas políticas neoliberales que nos empobrecen día a día y nos despojan de nuestros derechos.

Como para no ser tan pesimista en torno al debate, ley que creo habría que derogar, quiero rescatar que sí nos fue útil el del año 2015 para dejar en evidencia tanta mentira y tanta promesa que, efectivamente, fue deuda. Y claro, siempre tendremos los memes.

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