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De swinger a sacerdote

* Por Diego Papic. El actor Juan Minujín, que viene de trabajar en la exitosa comedia “Dos más dos”, habla de su papel de sacerdote en el filme “El cielo elegido”.

Desde aquel verano de 2006 en que filmó El cielo elegido hasta hoy, la vida de Juan Minujín cambió drásticamente: tuvo dos hijas, dirigió una película y saltó del teatro off a la televisión. Pero los avatares de la industria cinematográfica local hicieron que la película de Kino González en la que interpreta a un cura atravesado por una crisis de fe se estrene recién el jueves próximo, seis años después de filmada y tres años después de terminada.

"Kino se tomó todos los años necesarios para tener la película que él quisiera y que fuera fiel a sí misma -cuenta Minujín-. Me parece que no tiene ninguna concesión con nadie: ni con el espectador, ni con la iglesia, ni con nadie." El cielo elegido cuenta la historia de Pablo, un cura tironeado entre el cínico Padre Claudio (Osvaldo Bonet) y el hipócrita Padre Orbe (Osmar Núñez), entre la duda y la fe, entre la luz y la oscuridad. "Es un personaje que hace un viaje inverso al que suelen hacer los héroes -analiza Minujín-, es un personaje que va hacia la oscuridad. Creo que el motor que tiene es la duda existencial, la fe, si tomar un camino o no. Está justo en un momento en que está definiendo si va a ser un sacerdote o no, con todas las implicancias que tiene eso para él desde lo familiar, desde lo cultural".

¿En qué consiste esa duda?


Está tratando de entrar a la institución, tratando de ver cómo es, y de pronto lo que se encuentra adentro es algo totalmente oscuro, vacío, corrupto... no es lo que esperaba encontrarse, pero por otro lado el personaje se encuentra en esa oscuridad porque es una oscuridad que él tiene.

¿Por qué Pablo elige en primer lugar el camino de la fe?


En la investigación que hicimos en aquel momento con unos seminaristas en la provincia de Buenos Aires vimos que hay algo que baja mucho de la cosa familiar, de la gente que toma una vocación es muy raro encontrar alguien que no tenga esa formación familiar y decida ir hacia ahí.

¿Qué cosas te sorprendieron cuando hablaste con los seminaristas?

En un sentido hay algo muy inocente, muy crédulo de algunas cosas. Mi grupo social es mucho más cínico, irónico. Acá había algo más llano, más simple. Eso me sorprendió y me parecía que era un color interesante. Me gusta mucho estar en contacto con los personajes que uno va a hacer después porque vas entrando en un mundo. En este caso era ese, cuando hice Un año sin amor eran los sadomasoquistas. Desde lejos todo parece igual, pero cuando querés particularizar, si no tenés ese contacto es difícil. Empezás a hacer una construcción muy cerebral, calculada, especulativa y en realidad esto es más simple.

En el último año la carrera de Minujín dio un salto de popularidad. Protagonizó la pelicula Dos más dos , de Patagonik, debutó en el teatro comercial con Todos felices , dirigido por Oscar Martínez, y ahora forma parte del elenco de Tiempos compulsivos , la nueva serie de Pol-Ka (ver recuadro "El hombre del delantal").

"Una cosa fue trayendo otra. Está un poco sobrevalorado que algo sea más masivo o menos masivo. Estas experiencias son más masivas pero lo que más rescato es que todas tienen mucha calidad. También por eso estoy contento, si fuera solamente exposición y masividad sin un contenido que me expresara, no estaría tan contento." Pero además de su trabajo como actor, el año pasado debutó como director con Vaquero . Respecto de esa faceta, Minujín cuenta que está escribiendo "muy lentamente" una historia sobre un padre y su hija de seis años. "Todavía estoy buscando el tono y el tamaño -confiesa-. Vaquero fue una película muy impulsiva, ahora ya no tengo ese espíritu."