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Cuánto perdieron las jubilaciones frente a la inflación en la primera mitad del año

Los haberes más altos fueron los que más poder adquisitivo resignaron, con una caída de hasta 9,1%.

Con el dato de inflación de la primera mitad del año (50,7%), que se conoció la semana pasada, surge que los jubilados que cobran la mínima -incluido el bono-, tuvieron una pérdida del 5,2% en su poder adquisitivo con relación a la inflación, mientras que, para los que cobran el haber máximo, fue del 6,1%. En los haberes intermedios, de dos veces el haber mínimo más el bono, la pérdida fue del 9,1%.

Es que la jubilación mínima bruta pasó de $ 50.124 a $ 70.938 y los bonos de $ 10.000 a $ 15.000. En consecuencia el ingreso mínimo subió de $ 60.124 a $ 85.938, un alza del 42,9% versus el 50,7% de inflación.

En tanto el haber máximo pasó de $ 337.289 a $ 477.347, un incremento del 41,5%.

Por su parte, quienes cobran dos veces el haber mínimo, pasaron de $ 100.248 más $ 7.000 de bono a $ 141.876 más un bono de $ 5.000. Un aumento del 36,9%.

En tanto, en julio, el ingreso mínimo tiene un reajuste porque el bono es de $ 17.000 y en agosto de $ 20.000. En consecuencia, la cuenta final dependerá de lo que pase con la inflación en esos meses.

En septiembre corresponde un nuevo aumento de acuerdo a las variables de evolución de los salarios y recaudación del segundo trimestre, que se conocerán por completo el 10 de agosto, justo en vísperas de las PASO a nivel nacional.

El deterioro previsional se debe a que las jubilaciones y pensiones se ajustan cada tres meses por un índice de movilidad que toma en cuenta la variación de los salarios y la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social y que fue variando por debajo de la inflación.

Para mitigar ese deterioro, el Gobierno fue otorgando bonos o refuerzos que desde septiembre de 2022 pasaron a ser permanentes, pero solo para los haberes más bajos. Esos bonos no se integran a los haberes, por lo que no se consideran para el cálculo del aguinaldo ni para los siguientes aumentos.

Por estar excluidos de los bonos, los haberes más altos tienen una pérdida mayor.

Estas pérdidas de la primera mitad de 2023 se suman a las de los últimos años:

  • Entre septiembre 2017 (base que se toma por el cambio de la movilidad durante el Gobierno de Mauricio Macri) y diciembre 2019, con otra fórmula de movilidad, las jubilaciones y pensiones y demás prestaciones sociales tuvieron un deterioro del 19,5% en relación con la inflación.
  • En 2020, ya con Alberto Fernández, con los aumentos diferenciados por decreto, las jubilaciones y pensiones aumentaron entre el 35,3% y el 24,3% versus una inflación del 36,1%. Una pérdida de entre el 0,6% y el 8,7%.
  • En 2021, con una inflación del 50,9%, punta a punta, los aumentos fueron del 52,7%. Una mejora del 1,2%.
  • En 2022, los aumentos fueron del 72,5% versus una inflación del 94,8%. Una pérdida del 11,5%.

(Fuente: Clarín)

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