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Cuando se quiere, se puede: cayó El Rubio

Esta semana fue desmembrado el Clan Zambrano, una banda que se especializaba en robar joyerías en escasos dos minutos y se llevaban relojes de alta gama Rolex y Cartier. Actuaban con profesionalidad y organización y su jefe tenía una particularidad, no se comunicaba por teléfono, pero esta vez se descuidó y marchó preso.

Se lo conoce por el apodo de “El Rubio”. Viejo delincuente que desde su adolescencia es un malviviente. Es de los tipos que tienen aguante. Mata o muere en su ley, pero en esta ocasión se confió y perdió. Los policías conocían de su accionar y aplicando paciencia, profesionalismo y dedicación, lo embocaron, como se dice en el mundo policial.  

Los policías lo llamaban “el incomunicado”, se especializa en robos tipo comando en shoppings, con estilo organización europea. Se lo buscaba por el robo a las Galerías Pacifico, desde el 13 de diciembre del año pasado. Rara vez habla por teléfono y no tiene WhatsApp. El 18 de diciembre una banda copó el Patio Bullrich y en un minuto se llevaron decenas de relojes muy caros, con lo cual, los ojos nuevamente apuntaron “al célebre mudo”: el Rubio Zambrano. 

La información que rescató en la calle la policía lo ubicaba escondido en la zona Ingeniero Allan, al sudeste de Florencio Varela. Lo que se trataba de saber es en qué auto se movía. En general es amante de los autos de alta gama. Con lo cual esperaron a que se comunicara con su novia, y así lo hizo: pactaron un encuentro en un albergue transitorio en las inmediaciones de la Panamericana. Producido el esperado encuentro amatorio, se hizo presente una brigada policial, pidió las cámaras del lugar y dieron con el automóvil, una potente y llamativa camioneta Amarok Azul. Ya tenían el auto ahora había que yirar, por la zona donde suponían que se escondía, y ese momento llegó el viernes 7 de enero a las 19.30, cuando la policía le cortó el paso a la camioneta y fue detenido El Rubio, un acompañante se escapó corriendo, se le secuestró un fusil Fal y un M16, bien armado según señalan las fuentes. Aunque le cueste creerlo, esta investigación bien de película se hizo acá, en el Gran Buenos Aires. Cuando se quiere, se puede. Por este hecho ya están detenidos el hijo de 20 años y el hermano de 35, obviamente la abogada del Clan Zambrano, dice que tío y sobrino son ajenos a las correrías del Rubio, pero hay algo que no cierra: no se le conoce actividad laboral. 

Ahora, seguramente podamos conocer a los cómplices, ya que hay que contar con logística y reducidores de lo robado, que seguramente estén en la muñeca de alguna dama o caballero de un exclusivo barrio acomodado de aquí o países limítrofes. Esta modalidad es bien europea, y si les interesa en Netflix pueden ver la serie Apaches, que los ilustrará en la materia. Pero El Rubio, que sepamos, jamás salió del país, y pasó buena parte de sus años preso, donde regresará de inmediato.     

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