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Crimen en Vicente López: una declaración clave complicó aún más al acusado del doble parricidio

María Ninfa Aquino, empleada doméstica de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, fue indagada y aportó detalles muy importantes para la investigación. Además, contradijo a la Dra. Chirivín, defensora de Martín Del Río. 


No fue una declaración más. María Ninfa Aquino, la empleada doméstica de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, el matrimonio asesinado a balazos en su casona de Vicente López, amplió su indagatoria y complicó aún más a Martín Del Rio, el hijo menor de las víctimas y acusado de ser el homicida: lo reconoció como el “caminante encapuchado” que quedó filmado cuando llegaba y salía de la escena del doble crimen.

“El ´caminante´ es Martín Del Rio. Lo reconozco porque caminaba parecido al padre”, afirmó Aquino en su indagatoria. Además, Aquino afirmó que el buzo que vestía el “caminante encapuchado” era de José Enrique Del Rio.

“Dijo que ella lavaba ese prenda de vestir, que la conoce bien. Describió un detalle que no había sido advertido, que tenía un cierre hasta la mitad de la zona del pecho. Cuando ampliamos la foto se distinguió la sombra del cierre”, explicó una de las fuentes consultadas.

Aquino, acompañada por sus abogados Hugo López Carribero y Lisandro Damonte, fue indagada por el delito de partícipe necesaria del doble crimen por los fiscales Alejandro Musso, Marcela Semeria y Martín Gómez, los funcionarios a cargo de la investigación.

“Tras su declaración y con los aportes que hizo a la investigación, Aquino quedó cerca del sobreseimiento”, adelantó a LA NACION una fuente con acceso al expediente.

En la indagatoria, los abogados defensores le preguntaron si había colaborado con Martín Del Rio: “No, por Dios y Virgen”, respondió Aquino. Los letrados insistieron y le hicieron otra pregunta: “¿Acordó con Martín Del Rio la forma de comunicación del hallazgo de los cadáveres?”. Aquino aseguró: “Que no, que no acordé. Nunca quise acordar nada, tampoco quiero perjudicarlo. Solo contar lo que pasó. Mi papá era una persona estricta y nos educó siempre con la verdad. Pasamos hambre, pero la verdad siempre había que decirla”.

Aquino no solo reconoció a Martín Del Rio, el hijo menor de las víctimas, como el “caminante encapuchado”, también afirmó que la llave tipo alarma que abría el portón del garaje de la casona donde vivía el matrimonio asesinado, en Melo y Gaspar Campos, en Vicente López, y que fue secuestrada en el baúl de la camioneta del sospechoso, era la utilizada por José Enrique Del Rio, según explicaron detectives que participan de la investigación.

Desde principio de octubre pasado, Martín Del Rio está detenido con prisión preventiva por decisión del juez de Garantías de San Ricardo Costa, magistrado que hizo lugar a lo solicitado por el Ministerio Público Fiscal.

“En el caso se observa la existencia de condiciones excepcionales que permiten desoír el principio de la libertad durante el proceso, toda vez que se verifica riesgo procesal de fuga y entorpecimiento de la investigación. Ese riesgo procesal surge a partir de la pena que se espera como resultado del procedimiento, en virtud de la escala penal con la que viene conminado el delito cuya comisión se le atribuye al encausado”, sostuvo el juez Costa al fundamentar la prisión preventiva.

Del Rio está imputado por doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causae (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la máxima del Código Penal, prisión perpetua.

El doble crimen ocurrió en horas de la tarde del 24 de agosto pasado. Los cuerpos fueron hallados la mañana siguiente por Aquino: estaban dentro de un auto Mercedes Benz estacionado en la cochera de la casona familiar.

El juez Costa, cuando dictó la prisión preventiva, sostuvo que “no puede pasarse por alto la actitud asumida por el imputado a posteriori del hecho, intentando desviar el curso de la pesquisa hacia terceras personas [por Aquino], como así la desaparición de importantes elementos de prueba vinculados con la autoría del hecho, todo lo cual da cuenta de indicadores de riesgo procesal de entorpecimiento probatorio”.

Las víctimas estaban convencidas de que se iban a mudar a un departamento del exclusivo edifico Château Libertador, en Núñez. Pero su hijo menor nunca había hecho la millonaria operación inmobiliaria como José Enrique Del Rio y Alonso pensaban.

“El encartado [por Martín Del Rio] tejió un entramado profundo de mendacidades que no logró prolongar más en el tiempo, el que no se descarta haya estado motivado en el ocultamiento del manejo y administración de los bienes de sus progenitores, el cual podría quedar al desnudo”, habían sostenido los fiscales al solicitar la prisión preventiva del sospechoso.

Aquino estuvo en prisión 12 días. Se pensó, en un primer momento, que había sido la entregadora que aportó el dato para que una banda de ladrones ingresara a robar en la casona de las víctimas.

Pero, con el correr de los días y la incorporación de distintas pruebas, el sospechoso principal del doble crimen pasó a ser el hijo menor de las víctimas, Martín Del Rio, de 48 años. Fue detenido por detectives de la Delegación Departamental de Investigciones (DDI) de San Isidro el 7 septiembre cuando llegaba a su casa del barrio Barrancas del Lago, en Nordelta, Tigre.

Para los fiscales existe una prueba clave. Se trata de una serie de las filmaciones donde el sospechoso fue grabado por una cámara de seguridad a las 18.37 del 24 de agosto pasado cuando caminaba por la calle Gaspar Campos, a unos 50 metros de la casa de sus padres. Llevaba puesto un barbijo, una gorra y una campera que luce, por lo menos, un talle más grande. Cargaba un bolso-cartera cruzado a la espalda y en una de sus manos tenía una bolsa de tela de una reconocida empresa inmobiliaria.

Con información de Télam y La Nación.

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