Crimen de Nancy Videla: detuvieron a un sobrino del principal acusado
Se trata de Claudio Andrés Lescano, de 29 años, familiar de Damián Lescano Mendoza. Se desconocen los detalles de las sospechas que pesaban sobre el nuevo detenido.
La Policía arrestó anoche a un sobrino de Damián Lescano Mendoza, el principal sospechoso por el crimen de Nancy Videla, la mujer que fue hallada enterrada en el contrapiso de una vivienda de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge tras permanecer desaparecida durante seis días.
El segundo arrestado por el caso es Claudio Andrés Lescano, de 29 años, y el procedimiento fue llevado a cabo por hombres de la DDI de Lomas de Zamora.
Los policías arrestaron al sospechoso cuando arribaba a su domicilio situado en la calle Bruix al 1.300 de la localidad de Rafael Castillo, en el partido de La Matanza. Por el momento no se había difundido los detalles de las sospechas que pesaban sobre el nuevo detenido.
Según se pudo determinar en la causa, el femicidio fue cometido el viernes 26 de noviembre pasadas las 19 en la vivienda de Lezcano Mendoza, un remisero de 70 años, donde un rato más tarde "ocultó el cuerpo bajo una carpeta de cemento".
El resultado de la autopsia determinó que la mujer de 31 años murió golpeada y asfixiada y su muerte se produjo por un "traumatismo encéfalocraneano y fracturas de cráneo".
El cuerpo de Videla fue encontrado el jueves por la noche bajo un contrapiso de una de las habitaciones de la vivienda de Lezcano Mendoza, ubicada en Bucarest 2.531.
El hallazgo del cadáver de la mujer se pudo realizar tras un llamado al 911 de la hija del sospechoso, quien cree que su padre y la joven mantenían una relación amorosa, al tiempo que desconocía cuando fue la última vez que se vieron personalmente.
Según informaron fuentes policiales a NA, el acusado estaba ingresado en la base de datos de la ciudad de La Plata por un homicidio con fecha del 14 de agosto de 2012.
En tanto, trascendió que en 2003 había sido detenido por asesinar a una mujer y en aquel momento un tribunal de La Matanza le dictó una pena de tres años de prisión por el homicidio que se produjo, según el fallo, en contexto de un exceso de la legítima defensa.
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