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Crimen de Fernando Báez Sosa: la mesa está servida 

Pasaron los alegatos, largos, trabados y tediosos por parte de los acusadores, fiscalía y abogados de la familia de la víctima, y con abuso de la emocionalidad. Mientras tanto, la gran  sorpresa fue el letrado de los acusados, el impenetrable Hugo Tomei.


Los más de un millón de espectadores conectados al sitio del Poder Judicial se asombraron por lo poco carismático y extremadamente nervioso que se veía el Dr. Gustavo García, que sin dudas, no se olvidará nunca de este juicio.

Mejor performance tuvo el Dr. Juan Manuel Dávila, que fue quien salvó el mal momento y le dio mayor fluidez al relato acusador. Luego llegó el número principal: la exposición de los letrados de la familia de Fernando Báez Sosa. Después de un rato de iniciada la exposición de Fernando Burlando, éste fue interrumpido por el Dr. Tomei que protestó porque el carismático e histriónico abogado leía la acusación, cosa que la prohíbe expresamente el Código Penal. Tampoco se puede interrumpir el alegato.La cuestión quedó en la protesta. Hablaron tres letrados del archiconocido estudio Burlando, adhiriendo a lo dicho por la fiscalía. Sin embargo, tenían una sorpresa: proyectaron una nueva edición del video del ataque, donde un programa de computación fue dando las posibles ubicaciones de los atacantes, y  allí, según la interpretación de esta parte, quedó demostrado que TODOS los acusados golpearon a la víctima.

El hecho causó sensación a todos los analistas del caso.
Los alegatos duraron once horas, todos estaban agotados, en particular los jueces. 


Al otro día, llegó el momento más esperado: la defensa de los acusados hablaría, y realmente asombró a propios y extraños. Sólido, serio, austero en gestos, conmovido y descolocado por tener que hablar después de la madre de la víctima, Tomei sorteó sobriamente  el mal momento. En una hora demolió la acusación, con solvencia y mucha técnica jurídica. En otro juicio (sin película del ataque) les aseguro que se hubiera llevado a la casa a sus defendidos.

Equivocadamente se quejó de la cobertura de los medios de comunicación, y tal situación, se dio SOLAMENTE por obra y gracia del “interés del pueblo”, que se sintió reflejado en el hecho, y que entendió que esto le puede pasar a cualquiera.

Siguió criticando. Le tocó también un párrafo al Presidente de la Nación, y luego al perfil justiciero de Fernando Burlando, que dijo cuanta grosería se le ocurrió para definir y adjetivar sobre los acusados. Tomei pidió la absolución por el homicidio agravado porque, según él, no se probó la acusación. Pero sí dejó abierta la puerta para una dura condena de al menos seis de los agresores.

Igualment,  la suerte de los jóvenes homicidas está echada por algo muy elemental y que difícilmente se repita: el crimen está filmado y dicha pieza procesal es de tal contundencia, que una frase sintetiza todo: UNA IMÁGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS…

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