DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Conocé a Marco Antonio Estrada González, el capo narco del país

Maneja la producción y comercialización de droga sintética más importante de la villa 1-11-14 desde la cárcel. Ganó la guerra por el narco en 2005.

Marco Antonio Estrada González, alias "Marcos" o "Gordo" es el líder de una de las mayores bandas de narcotráfico. Es capaz de dirigir una de las fábricas de cocaína más importantes del país aún desde su prisión domiciliaria en un country de Tigre donde termina de cumplir condena por una causa de narcotráfico. Bajo su poder se encuentran infinidad de personas que trabajan como verdaderos soldados para defender la producción y la organización y sicarios a sueldo. ¿Quién es y cómo surge este personaje? Enterate todo en esta nota.

Marco, oriundo de Perú, llegó a la Argetina en 1997. En apenas dos años logró hacerse del control de la venta de drogas en la villa 1-11-14, momento que estuvo signado por un triple homicidio conocido como "La canchita de los paraguayos", en el que Estrada González y dos de sus ex compañeros de Sendero Luminoso -organización terrorista a la que pertenecían en Perú- acribillaron al anterior jefe de la organización de drogas de la zona.

En 2001, Marcos y los hermanos Ramos Mariños (con quienes cometió el crimen y quienes eran sus socios hasta el momento) fueron condenados por narcotráfico. En 2004 Marco queda en libertad y traiciona a sus socios obligándolos a exiliarse a la villa 31 bis de Retiro con su negocio de las drogas. Esta conducta sentó un antecedente terrible para lo que devendría en una verdadera guerra por ganar territorio y clientes que se cobró más de 20 vidas.

El 29 de octubre de 2005 tuvo lugar la batalla más cruenta por esta guerra, cuando seguidores de los hermanos Ramos Mariños dispararon a mansalva contra la concurrencia de una procesión del Señor de los Milagros (Cristo considerado milagroso en Perú), bajo la creencia de que Estrada González estaría participando del evento. No sólo que él no estaba, sino que el hecho además se cobró con las vidas de muchos inocentes que participaban de los festejos. Uno de los hermanos cayó preso y el otro fue acribillado. Fue el final de la guerra y el principio del reinado total de Marcos sobre la organización narco de la zona.

Según denunció recientemente Jorge Rodríguez, un ex investigador del Ministerio de Seguridad, Estrada González instaló 10 laboratorios de clorhidrato de cocaína de la más alta calidad en la villa 1-11-14, que son custodiados por más de 300 hombres armados. A su vez, convirtió la banda en un negocio familiar del que participan su suegra, esposa, hermanos, primos, etcétera.

La organización hace a las veces de ordenador general de la villa, a cargo de las decisiones de Marcos. Cualquier decisión importante o banal que haya que tomar queda a cargo del jefe, aunque no siempre son de lo más benévolas. Las torturas, asesinatos, extorsiones son moneda tan corriente que hasta llegan a involucrar a niños pequeños para obligar a ceder a sus padres.

Por otro lado, al mejor estilo Pablo Escobar, Estrada brinda ayuda económica a los habitantes de la villa. Por ejemplo, otorga préstamos para que sus compatriotas puedan viajar a Perú a visitar a sus familias y ya instaló plazas de juegos para chicos. Esto siembra una especie de relación amor/odio entre él y sus vecinos, quienes hasta han llegado a festejar cuando los operativos policiales no pudieron dar con Marcos.


En 2006 tuvo que huir de la villa por un megaoperativo dedicado a desbaratar su banda. Luego de algún tiempo en Paraguay fue atrapado por la policía, ante lo cual no opuso resistencia.

Hacia comienzos del año pasado fue puesto en libertad por haber cumplido dos tercios de su pena (10 años unificados por  las dos megacausas por narcotráfico a las que estaba relacionado) y desde entonces fijó su domicilio oficial en Nordelta.

Su condena ya estaba por cumplirse, pero un allanamiento a su celda en 2012 demostró que seguía dirigiendo el negocio desde la cárcel: se encontraron 12 celulares (uno de ellos satelital, uno de los únicos dos que existían en Argentina) que sirvieron como prueba. El testigo clave fue su contador. Así, finalmente, llegó una última condena a 10 años de prisión a partir de 2013.

Otro hecho de renombre de este personaje fue cuando impidió que el Papa Francisco (en aquel entonces arzobispo Jorge Bergoglio) construyera una capilla en las inmediaciones a la villa. El clérigo había decidido comprar un terreno para edificar una pequeña iglesia, pero los narcos le llenaron la zona de adictos mandados para arrojar piedras a los camiones que entraran a la construcción.

En este momento, para manejar la zona liberada de la villa, que es de alrededor de 15 cuadras a la redonda, paga unos 20 millones de pesos al mes en coimas para que le permitan seguir "operando" sin interrupciones.

Se calcula que la producción que realizan es de altísima calidad, ya que ronda el 93 por ciento de la pureza de la cocaína, a razón de un promedio de producción de 12 kg de droga por día que luego es vendida por 12 mil dólares el kilo. Todo esto ocurre en el marco de un "arreglo" con la ley que incluye, entre otras cosas, que los gendarmes apostados a la vera de la villa no ingresen a la zona liberada. A cambio, la gente de Marcos no tiene permitido tocarlos ni hacerles daño, siempre y cuando se limiten a intervenir únicamente en casos de conflictos vecinales.

En definitiva, Marco Antonio Estrada González es el líder de una megaproductora de cocaína, tanto por la calidad como por la cantidad y además dirige, aún desde la cárcel, una megaorganización de distribución y producción de droga sintética. Sin lugar a dudas, la organización narco más grande del país.