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Científicos usaron millones de bacterias para destruir tumores cancerígenos

Un nuevo estudio presenta un método para tratar la enfermedad con menos efectos secundarios.

Los científicos han usado bacterias reprogramadas genéticamente para destruir tumores en ratones, método que podría llevar a terapias más precisas para tratar cáncer con menos efectos secundarios.

El estudio nuevo, publicado el 3 de julio en la revista especializada Nature Medicine, es un presagio de lo que viene, comentó Michael Dougan, inmunólogo en Boston, cuya investigación sentó las bases para el estudio.

Nuestras células inmunes pueden reconocer y destruir células cancerosas. Sin embargo, los tumores pueden esconderse aprovechando un gen llamado CD47. El gen produce una proteína que tapiza la superficie de los glóbulos rojos, protegiéndolos de las células inmunes. Las mutaciones en las células cancerosas pueden encender al gen CD47, permitiéndoles crecer y convertirse en tumores.

Nicholas Arpaia, inmunólogo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y Tal Danino, biólogo sintético, se preguntaban si podían usar bacterias para hacer que el sistema inmunológico atacara a las células cancerosas desde el interior de los tumores.

Los anticuerpos estándar son moléculas grandes que no pueden penetrar en un tumor grande, y las bacterias no pueden producir anticuerpos para CD47. Pero Dougan y sus colegas recientemente desarrollaron un nanocuerpo, un anticuerpo diminuto y potente que puede ser producido por las bacterias. Los investigadores introdujeron el gen de nanocuerpo en las bacterias y luego inyectaron 5 millones de los microbios alterados a tumores en ratones.

Después de que se estabilizaron y multiplicaron, el 90 por ciento de las bacterias infectadas se hicieron pedazos, derramando nanocuerpos. Los nanocuerpos se adhirieron a las proteínas CD47 en las células cancerosas, eliminando su camuflaje.

Además, fragmentos de las bacterias muertas se filtraron del tumor. Estos fragmentos llamaron la atención de las células inmunes, que atacaron a las células cancerosas desenmascaradas.

Dentro del tumor, las bacterias sobrevivientes comenzaron a multiplicarse de nuevo. Cuando la población creció lo suficiente, la mayoría se autodestruyó nuevamente, entregando otro pulso de nanocuerpos y fragmentos.

El enfoque también tiene el potencial de reducir los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer. En lugar de inundar el cuerpo de los ratones con medicamentos, las bacterias coordinaron ataques contra los tumores y cualquier nanocuerpo que escapó de las células cancerosas fue rápidamente eliminado. Después de matar un tumor con bacterias, también se encogieron otros tumores en los ratones.

Cuando Dougan desarrolló originalmente el nanocuerpo CD47, reconoció que transportarlo a las células cancerosas sería fundamental para su eficacia. No obstante, nunca imaginó que alguien lo podría esconder en el interior de un caballo de Troya microbiano.

“Me encanta cuando pasan este tipo de cosas”, comentó. “Es una pequeña máquina majestuosa”.