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Chano Charpentier rompió el silencio: "Tampoco puedo salir a aclarar que no tengo brotes psicóticos"

El músico habló de todo: su exposición como rockstar, la lucha contra las adicciones y la decisión que tomó después de los accidentes.

Giras. Hoteles. Mujeres. Alcohol. Drogas. Rock. Y roll. Ese cliché de la figura de un rockstar es, muchas veces, adorada por los fanáticos y, otras tantas, criticada por aquellos que embanderan la sentencia al physique du role. Algo de todo esto entiende Chano Charpentier, más conocido como Chano, quien además de un modo ajetreado y rockero de vivir la vida, es a su vez un pibe humilde. De barrio. Con problemáticas, inseguridades, virtudes, encantos y desencantos.

A Charpentier lo internaron el domingo 31 de diciembre por la tarde. Asegura que fue luego de sufrir un golpe de calor en su casa de Capilla del Señor. El músico habló sobre aquel episodio, por el que se llegó a decir que había tenido un brote psicótico.

"No pasó nada grave. Yo a veces no salgo a aclarar nada, porque son delirios los que se dicen. Ponele: si mandan una ambulancia a mi casa, ya se empieza a hacer un debate de si me agarró un brote psicótico, como escuché por ahí, y nada que ver. Tenía un golpe de calor y nada más". Luego, reconoció: "Aparte ya sé cómo son las reglas del juego. Me la fumo cuando voy a una clínica y que lo pasen en todos los medios, porque hice un montón de cagadas. No me quejo, pero tampoco puedo salir a aclarar que no tengo brotes psicóticos o infartos al corazón...", develó en diálogo con Clarín.

"Por supuesto que el rockstar de Argentina soy yo y me hago cargo de estar en ese lugar. Y me gusta serlo. Lo que pasa que la palabra tiene mala prensa. Yo creo que soy una colección de muchas cosas: porque asumo que no soy un gran pianista ni un gran cantante ni un gran guitarrista. Pero hago de todas esas herramientas una composición y las convierto en canciones. Además, me banco todas las consecuencias que vienen con ser un rockstar".

En esta nueva etapa de su vida, Chano confesó: "Como sano, corro por las mañanas. Me cuido. Además, tengo un médico, Manuel Molina, que es decodificador. Cuando tratamos mis adicciones, él habló con mi vieja y le preguntó cómo fue su embarazo antes de tenerme. Si había pasado algo. Y mi mamá le dijo al doctor que durante el embarazo tuvo toxoplasmosis o alguna cosa parecida y que por eso tuvo que tomar remedios y que ese remedio me salvó la vida. Mi cerebro grabó eso.

Como que a mí los químicos me salvan. Entonces, yo estoy tratando de desactivar esa decodificación. De que no necesita nada mi cuerpo. Cuando tiene alguna sed, que no se confunda el agua y el hambre con otra cosa".

Sobre las adicciones, Charpenier aseguró: "Estoy absolutamente sano. Como quiero y tenía que estar. En la condición mental y física que estaba en el momento más alto de mi carrera cuando tocaba en Tan Biónica. Quizás debería fumar menos puchos".

"Me banco los memes, me cago de risa. Hay algunos que son muy ocurrentes. "Mi vida la maneja Chano" se convirtió como en una frase emocional y popular de la red. Yo una vez la tuiteé y tuvo mucha repercusión, más que cualquier otra cosa que haya compartido, porque está bueno reírse de uno mismo".

"Tengo el registro, pero dejé de manejar. No manejo más. Me hice cargo del quilombo. Y no puedo culpar a nadie más que a mí cuando choqué doscientos autos e hice el choque más espectacular de la historia metiéndome debajo de un camión. Si hice esas cosas, no puedo andar quejándome de lo que digan o no. Porque si vos hacés alguna, te la bancás. Me re jode estar tomando taxis todo el día o tener chofer y que me invada mi intimidad. De hecho, tengo un cuatriciclo en la quinta, pero jamás lo uso por la calle".

¿Cuál es el comentario que más le duele? "Seguramente es aquel que debo creer yo en el que hay algo que tengo que mejorar. Porque muchas veces aciertan en mis inseguridades. Lo que me jode mucho es que me digan "tratate" o '"hacete ver". Porque hay veces que estoy en una pileta a las cinco de la tarde, tomando mate con amigos y te tiran esa. No da. Y yo a veces me como ese viaje. O me tiran "estás re flaco, qué te pasa". Y me dejan pensando, porque soy sensible y vulnerable a eso".

(Fuente Clarín)