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Caso Alexis Zárate: solo justicia para pocos

A raíz del fallo dictado en el marco del caso de Abuso Sexual perpetrado por el futbolista, lo condenaron. Pero también condenaron nuevamente a las mujeres.

Por la Dra. Valeria Carreras

En 2014 ocurrió lo que le ocurre a miles de mujeres, en un callejón, en un tren, en una cita, incluso entre las cuatro paredes de su matrimonio: un hombre sació su apetito sexual sin pensar en las ganas, en la voluntad de la mujer.

Aquel episodio, lo protagonizó una chica de clase media, estudiante universitaria y con una familia que la apoyó y contuvo.

Aprovechándose, el fulano Zárate, del profundo y cobarde sueño del novio de la chica, sintió ganas de tener sexo y sin preámbulos, la penetró por detrás. Eso se llama "violación".

El caso tuvo su cobertura mediática. No por el hecho en sí, pues estos casos son habituales, diarios y hasta naturalizados por una sociedad que no comprendió aún ni los derechos sexuales de la mujer, ni el significado de la palabra "no".

El tiempo pasó, Zárate siguió jugando al fútbol y la justicia, lentamente, llegó el lunes. Más allá de la condena, hay mucho más pero "de eso no se habla".

En la instrucción, fue la víctima quien tuvo que demostrar que estudiaba, que concurrió sola con su novio al lugar donde la violentó Zárate, fue la víctima la que tuvo que ver sus fotos en short, en bikini, con sus amigas, con sus amigos y una saga de elementos dirigidos a cuestionar su honorabilidad.

Desde su cuerpo hasta la frecuencia con que se conectaba a las redes sociales, pasando por las veces que salía a bailar, se ventiló en el expediente veladamente, su vida.

Porque la estrategia defensiva de Zárate, era pintar una relación sexual consentida por una mujer "moderna" (leáse que estoy queriendo ser sutil).

El Fiscal de la causa, que representa al Estado, que vela por la protección de los derechos de la víctima, puso en evidencia el prejuicio y la discriminación contra la mujer, cuando al pedir condena de ocho años para Zárate sostiene como elemento a favor de la víctima lo siguiente: "(...) Tras el hecho la víctima solo buscó justicia y nunca plata, porque no es 'botinera'".

Te lo traduzco: "El Fiscal consideró que la víctima fue víctima porque no era 'botinera'". Entonces si hubiera sido una piba que sale con jugadores de fútbol, ¿no era víctima?

Si hubiera sido botinera, podía accederla carnalmente Zárate, y 20 más, sin su consentimiento, ¿total es "botinera"?

¿Estas palabras del Fiscal significan que hay categorías de mujeres?

¿Habrá para el Fiscal y la sociedad, mujeres buenas y mujeres botineras, unas violadas y otras no?

Sin decirlo, el Fiscal, vuelve al viejo estigma de la ropa que usaba la víctima de una violación como condicionante del hecho sexual. Puso con otras palabras que si usaba mini estaba provocando una violación.

Pero no sólo hay que detenernos en la clasificación que el Fiscal, la sentencia y la sociedad hacen de las mujeres, entre puras y putas, hay que ir más allá.

¿Hubiera llegado a dictarse esta condena en suspenso si Zárate no fuera jugador de fútbol?

¿Se hubiera respetado el silencio y dolor de la víctima, si no hubiera sido una chica clase media estudiante?

Sinceremos el tema: la víctima hubiera sido catalogada de fiestera, "atorranta" o como dijo el Fiscal, "botinera". Su vida amorosa hubiera sido expuesta en los medios sin ningún pudor.

¿Y si el violador hubiera sido un simple tipo, un operario, un camionero hubiera quedado preso a cumplir la condena?

Este caso deja a la vista que nada ha cambiado. Que si una mujer va al frente, si es activa sexualmente o no tiene inhibiciones, tanto en el barrio como en el Poder Judicial, seguirán diciendo "se lo buscó, es una putita".