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Boca y la reinvención de una regla de FIFA

Por Daniel Roberto Viola* Martes de reunión del Comité Ejecutivo de A.F.A. Se debía tratar el pedido de habilitación de Boca Juniors por Santiago Silva en reemplazo de Nicolás Colazo.

Los xeneizes presentaron una nota invocando la integridad deportiva ante el infortunio, para no quedar en desigualdad con los otros competidores.

La regla F.I.F.A. bajo la lupa es el artículo 5 del Estatuto y Reglamento para Transferencias de Jugadores. Un jugador podrá ser inscripto como máximo en tres clubes dentro de una misma temporada, pero solamente será elegible para jugar partidos oficiales en dos clubes durante ese período.

Semanas atrás, Silva había sido autorizado para jugar la Copa Libertadores de América, sin conocerse los fundamentos y ante el silencio del ente mundial. En ronda mediática, el Vicepresidente de Boca, Oscar Moscariello había vaticinado el reglamento avala el caso Silva, quien puede lo más, puede lo menos. El ex-Vélez había sido transferido por su propia decisión vía cláusula de rescisión express (u$s 2,5 millones) a la Florentina de Italia. Pocos meses después y con escasos minutos jugados, optó por regresar cuando supo del interés del DT de Boca. Ambos torneos abandonados por Silva corresponden a una misma temporada (1º julio 2011 al 30 junio 2012).

Las normas F.I.F.A. disponen que un jugador sólo podrá inscribirse en los períodos anuales de inscripción que fije cada asociación nacional (art.6). Existe una excepción, cuando se trate de temporadas cruzadas, cuando una se inicia y otra se termina en distintos hemisferios (verano/otoño-invierno/primavera), tal lo resuelto a favor de Mascherano y Tevez (West Ham-agosto 2006). Se exige respetar los períodos de inscripción y la duración mínima del contrato (1º año o temporada completa).

Se podrá inscribir fuera del período a un jugador con contrato vencido (libre), debiendo salvaguardarse la integridad deportiva de la competencia en curso.

El Presidente de Lanús, Nicolás Russo, un día antes dijo que no queda otra que habilitar a Silva, porque no era deseable litigar con el gremio de futbolistas (FAA), evitándose que mediante una acción de amparo, un juez declare la libertad de trabajo del goleador. El amparo es una vía excepcional que tiende a proteger a quien sufre un perjuicio actual e inminente por un acto arbitrario o ilegal manifiesto, o ante la amenaza que ello se produzca, cuando un club se niega a otorgar el pase.

En el caso Silva, no existe afectación al derecho a trabajar, toda vez que el futbolista -antes y después de su reingreso al país- siempre estuvo ligado a un club por contrato y en plena disputa de un torneo, sin haberse denunciado incumplimientos de pago como causal de rescisión. Ya entrada la noche, se conoció el final anunciado a pedir de Boca, por mayoría de 13 votos positivos. F.I.F.A. sostiene que uno de sus objetivos principales es impedir que ciertos métodos o prácticas pongan en peligro la integridad de las competiciones, o den lugar a abusos tal como rezan sus Estatutos. La aceptación de las reglas es condición esencial dentro y fuera del campo de juego.

El investigador Julio Frydenberg sitúa en diciembre de 1906, un acto de no respeto a las reglas, cuando el club organizador del torneo, El Nacional, se negó a entregar el trofeo luego de haber perdido la final porque no aceptaba el resultado. Los jugadores perdidosos habían incendiado parvas de pasto detrás del propio arco para evitar más goles del rival, con la complicidad del árbitro. Hoy vemos un quiebre del reglamento desde la órbita de los escritorios. ¿El haberse registrado el contrato de Silva en A.F.A. fue un acto de viveza criolla? ¿Fue un permiso de entrada por una ventana para torcer el espíritu de la norma? Creemos que ha sido un rápido abordaje para reinventar la regla 5, bajo el paraguas de la integridad deportiva. F.I.F.A. como garante del juego limpio deberá velar para que el efecto viral de esta decisión sin apego al reglamento, no derive en una puja de clubes contra clubes. Será cuestión que la excepción no invalide la regla.