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Boca eliminado de la Libertadores: la siesta de Bianchi terminó en pesadilla

El entrenador fue el culpable de la derrota "Xeneize". Dejó al equipo sin atacantes, se aferró a la mística y "murió" en los penales. La enfermedad de no asumir lo mal que se juega.

Por Luciano Fryszberg

lfryszberg@diarioveloz.com

@luchofry

Boca Juniors se quedó afuera de la "Libertadores de América", ante un bien ponderado Newell´s en Rosario. El "Xeneize" no pudo, ni supo, recordar las hazañas de hace tiempo atrás cuando era el cuco del certamen. Realmente es un pésimo semestre para los de la "Ribera". Afuera de la copa y casi tocando el fondo de la tabla en el torneo Inicial. ¿Y ahora de qué se agarraran los "Bosteros"?

¿Cómo calificar la labor de Carlos Bianchi en Boca? El entrenador, por un tiempo prolongado, no quiso volver al ruedo. Su siesta interminable terminó anoche cuando se despertó de una fuerte pesadilla llamada "Lepra". El fútbol es tan amplio y hermoso que no hay una sola forma de jugarlo, como tampoco una sola forma de ganarlo. Cada uno elige la que más le guste. El técnico insistió en cuidarse y regalarle la pelota al rival. Le salió mal. Seguramente no tuvo buena señal en su celular.

El conjunto "azul y oro" tenía como meta marcar un gol. De esta forma, el equipo rosarino estaba obligado a ganar, ya que el empate con tantos en el marcador daba ganador a Boca. Difícilmente sin delanteros un equipo marque. El entrenador apostó a la "mística". Jugó a la ruleta rusa. Intentó asegurar el cero en su arco e ir a los penales pero esta vez la "bala" impactó en el corazón "Xeneize". Hasta el exquisito Román ejecutó erróneamente.

Me pregunto por qué no se animó a poner delanteros y ganar el encuentro en los noventa minutos. Bianchi siempre fue igual. Sus equipos nunca fueron de generar 15-20 situaciones por partido, pero hay que adaptarse a las nuevas olas. La moda es atacar y ganarlo por uno mismo, no por un error del rival.

¿Se puede jugar peor? Creo que no. Lo más loco es que en Boca no asumen que realmente están en problemas. A Bianchi solo lo salva la historia. Si fuese otro entrenador ya lo hubiesen echado. Ríe Julio César Falcioni. La enfermedad de no asumir los problemas...

¿Y ahora cómo se defenderán los hinchas de Boca ante el pésimo presente?