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Angustia, agorafobia y ataques de pánico: el antecedente psicótico de Rodrigo Roza

El hombre le dio una puñalada en el pecho a un policía a la altura del corazón.

Medicamentos para combatir crisis de angustia, agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso. Todos los remedios fueron hallados en el departamento de Palermo donde vivía Rodrigo Roza, el hombre que asesinó al inspector de la Policía Federal Argentina (PFA) Juan Pablo Roldán. El homicidio ocurrió a pocos metros de la entrada del Museo de Arte Latinoamericano (Malba), en Barrio Parque, en Palermo.

Roza, de 51 años, murió hoy a la madrugada en el hospital Fernández, donde había sido trasladado como consecuencia de las heridas de bala después de apuñalar a Roldán, de 33 años. Vivía con su madre, Marta, en un departamento situado en Salguero al 1900, a tan solo 450 metros de la escena de la escena del crimen.

El doloroso recuerdo de la viuda del inspector asesinado: "él era feliz siendo policía; su trabajo era su pasión"

Los medicamentos, con sus recetas por duplicado, fueron hallados por personal de la Policía de la Ciudad en el dormitorio de Roza. El allanamiento fue ordenado por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 14.

"Desde el juzgado se ordenó secuestrar las recetas y una libreta de control de Programa de Monitoreo para Pacientes Tratados con Clozapina, hallada en la habitación de Roza. Testigos confirmaron que está en tratamiento médico por esquizofrenia”.

Roza, según su madre, ayer se había levantado bien. "Se nota que tuvo un brote psiquiátrico", explicó en declaraciones a Telenueve.

La mujer recordó que hace poco tiempo su hijo había sufrido un brote psicótico pero que "solo le duró cuatro días".

Roza, según su madre, había estudiado cuatro años psicología en Canadá. "Trataba a chicos con problemas psiquiátricos y pintaba las casas de los chicos del campo y las amoblaba. Él amaba las montaña", sostuvo la mujer.

El asesino de Roldán tenía ciudadanía canadiense. "Mientras vivió en Canadá fue feliz", dijo la madre de Roza.

El encargado del edificio donde vivía el homicida dijo que los vecinos están "sorprendidos" por lo sucedido, ya que era un hombre "normal, nunca agredía a nadie, hacia una vida normal y era tranquilo".

"Es un vecino un vecino normal que hace un mes estuvo internado. Todos estamos sorprendidos", agregó.

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